La poesía de la emancipación

346 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA La paz aprovechado el comerciante, Salida al Artefacto proporciona. Ningun afan perdona El Nautico atrevido Para hacer el comercio mas crecido. Descuidado el Arriero, Y el viajante, marcha su camino Sin temor de mal paso ni Ladrones. En el Campo vecino El labrador robusto y placentero Cultiva sin cesar mil producciones; Y abejas y castrones Y Lleguas y Navillos Guia el Pastor en cerros amarillos. La virtud solamente, Y la hombría de bien es atendida, Y no los espantajos de nobleza: De aquella que es traida Sin saber por qué causa de un pariente Que tal vez no existió en naturaleza, Y aprobó la rudesa De los barbaros siglos, Fecundos en patrañas y vestiglos. La mendigues odiable DE AMERICA será ya desterrada, Y con favor y asilo la pobreza. La ociosidad malvada Convertida en industria favorable; Y el pobre socorrido con largueza. La sonbrante riqueza De la Madre querida, A los hijos se ve restituida. ¡O quien pudiera agora Sus voces levantar á las estrellas, Y anunciar esta dicha á todo el mundo! Ya Jóvenes Doncellas, Niños y Ancianos, va á llegar la aurora, En que salgais del calaboso inmundo, Del tártaro profundo, De la miseria infame, La qual no sé si mas que infierno llame.

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