La poesía de la emancipación

PROCLAMA DE HUASCAR INCA EN SU PRISION De el lugar melancólico y obscuro, Donde me tiene mi hermano prisionero, Os escribe, vasallos, HUASCAR INCA, Del gran HUAINA CAPAC hijo primero. No me atormentan tanto los pesares Que indignamente sufro de ese fiero, Cuya sed de sangre aun no se ha hartado, Con haber dado ya muerte á doscientos Hijos de su padre, que postrados Enviaba al PACHACAMAC sus tristes ecos: Ni de mi arrancan tan copiosas lágrimas Sus inicuos y viles tratamientos, Hasta obligarme á que testigo sea De lo que puede su furor sangriento Quanto me hace pensar no sé qué angustia, No sé que fatal presentimiento. ¿Acaso el monstruo me quitará la vida? ¿Si querrá acaso ... mas no, mis sentimientos No son de hombre, que tiene propio daño. Para mi tienen algun mayor recelo, Como si todo el orbe conmovido Fuera á precipitarse en un momento. Las tristes nuevas que me dan mis criados De hombres estraños que del mar saliendo, Se van apoderando de las costas Armados del relampago y el trueno, Intentando, sin duda señorearse Con fuerza irresistible en todo el reyno, Me hacen temblar y todo consternado Llenan mi corazon de desaliento. Astro hermoso, que del cielo alumbras, Y llenas de calor mi universo, Mereciéndote siempre mas cuidados, Mayores atenciones este suelo, Cuya posesion diste á tus hijos, De los que nosotros los Incas descendemos, Tu, que brillante todo lo registras, ¿Como no has advertido este suceso?

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