La poesía de la emancipación
470 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA A su Libertador la patria mía. ¡Pompa digna del Inca y del imperio Que hoy de su ruina á nuevo sér revive! Abre tus puertas opulenta Lima, Abate tus murallas y recibe Al noble triunfador que rodeado De pueblos numerosos, y aclamado Angel de la esperanza, Y genio de la paz y de la gloria En inefable magestad se avanza. Las musas y las artes revelando En torno van del carro esplendoroso; Y los pendones patrios vencedores Al aire vago ondean, ostentando Del Sol, la imágen de Iris los colores. Y en ájil planta y en jentiles formas Dando al viento el cabello desparcido De flores matizado, Cual las Horas del Sol raudas y bellas Saltan en deredor lindas doncellas En jiro no estudiado: Las glorias de su patria En sus patrios cantares éelebrando; Y en sus pulidas manos levantando. Albos y tersos como el seno de ellas, Cien primorosos vasos de alabastro Que espiran fragantísimos aromas, Y de su centro se derrama y sube Por los cerúleos ámbitos del cielo De ondoso incienso transparente nube. Cierran la pompa esplendidos trofeos, Y por delante en larga série marchan Humildes, confundidos Los pueblos y los jefes ya vencidos. Allá procede el Ast4r belicoso; Allí vá el Catalan infatigable, Y el agreste Celtíbero indomable, Y el Cántabro feroz que á la romana Cadena el cuello sujetó el postrero; Y el Andaluz liviano,
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