La poesía de la emancipación
508 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA Y en número inferiores los soldados De la Patria, cercados, Resueltos á morir, firmes lo esperan. Y al tremendo estallido Del bronce horrendo que en el aire zumba, En cólera encendido El Castellano fiero, Vibra iracundo el centellante acero. Por una y otra parte, Entre confuso y pavoroso estruendo De golpes repetidos, Se escuchan los jemidos De las víctimas tristes, que cayendo Al ciego impulso de funestos brazos, Sus palpitantes miembros en pedazos Yacen diseminados En la abrasada tierra, Que al duro choque de la atroz pelea Enrojecida con la sangre humana. Y el Sol oscurecido, Su cerco hermoso de la vista esconde, Entre la densa nube De negro polvo que al Olimpo sube. Y en tinieblas envueltos, Y en bélico furor enardecidos, De Colombia los hijos distinguidos, Y del Perú los jóvenes soldados Redoblan sus esfuerzos portentosos; Y con hechos gloriosos, Cada cual anhelando señalarse, Crece la confusión, crece el estrago: Se encruelece el combate: y la victoria Vuela indecisa de uno en otro lado, Y la palma de gloria Retiene entre sus manos; Mientras' tendiendo en deredor la Parca Sus brazos homicidas, Hiere, destroza, mata, E hidrópica de sangre y de venganza Su horrible vientre y su furor dilata.
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