La poesía de la emancipación

LA POESIA DE LA EMANCIPACION ¿Y será ¡oh Dios! que á servidumbre eterna, Y á vil cadena sometido el cuello, Habrémos de llorar en honda pena Del déspota insolente La saña y el rencor y el odio injusto Sufriendo sin cesar ... ? ¿Y el grato dia De Paz y Libertad no lucirla Sobre el tremante suelo De América infeliz ... ? ¡Ah! no; que el cielo Ya escuchó nuestros votos, y el momento, Es llegado de gloria y de venganza. La risueña esperanza Empieza á renacer; y el bravo SUCRE En su favor implora De BOLIVAR el nombre respetable, Y con gozo inefable, Al pronunciarlo nuevo fuego inflama A los viejos guerreros, Que en cien crudos combates vencedore Arder siempre sintieron en sus pechos De pátrio amor la inestinguible llama. Entre tanto, con paso presuroso CORDOVA y LARA por do quier fatigan Al enemigo bando, Y el intrépido MILLER emulando El sin igual ejemplo de bravura, Que recibió en JUNIN de NECOCHEA, A sus valientes HUSARES recuerda Las glorias de aquel dia, Y la fama inmortal y nombradía De ese ilustre Arjentino, Que de la Patria con potente brazo Aun vencido, vencer supo el destino. Por otro lado imperturbable y fiero, Sañudo cual un Dios, y en dulce calma, Cual el Olimpo en tempestad sereno, Aparece LA-MAR, y á la victoria La palma arranca del honor y gloria. Muerto en la lid el jeneroso bruto, Que al enemigo campo lo guiaba, 509

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx