La poesía de la emancipación

SONETO A SALOM Tristes despojos de Ayacucho fueron Las últimas reliquias del tirano Que al Castillo por suerte del hispano De América el valor le redujeron. ¡Salom! ¡O Salom! allí te vieron Cual un nuebo Pompeyo, que tu mano Empuñando una espada, al inhumano Le obligas á rendir; a tí cedieron. Con tus pechos heroycos libre á sido Una Lima, que contará en su historia El dia feliz que a tí solo es devido. Tú le dás á la Patria nueba gloria, Ella recordará un hijo querido, Y le será Salom grata memoria. M.A.L. (El Republicano, Arequipa, 4 de marzo, de 1826, N"' 15, p 71)

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