La poesía de la emancipación
LA POESIA DE LA EMANCIPACION Su adamantino escudo la Constancia Ante tu pecho sin cesar tendiera; Y en tres lustros de afanes y combates Tu cüadriga impertérrito ostigando Del Orinoco al Apurímac raudo, Bajo tus pies la inmensa cordillera Sus cimas aplanó porque sellaras En Junin y Ayacucho los destinos, No de América sola,-de la Tierra. Ayacucho, Junin, nombres suaves! ¿Hay corazon tan duro americano Que al recordar los campos venturosos De gratitud y gozo no palpite? Oh quien diera á mi voz robusto acento Y á la mente inflamada estro divino Para ensalzar vuestro denuedo heróyco Nob1es propugnadores de mi Patria! Timbre y orgullo del peruano suelo Que el ferreo hispano yugo quebrantasteis, Esforzados campeones! os tributo De respeto y amor puro homenage. Vivid profundamente en la memoria De todo americano, mientras haya Virtud y honor en los humanos pechos; Y sobre los sepulcros do descansan Las cenizas ilustres de los mártires De nuestra independencia, que florezcan Cabe el alto laurel inmarcesible, Fragantes violas y purpúreas rosas. Ya marcial gloria te sació. Victoria Con alas rutilantes, sobre el asta De la bandera tricolor fijóse; Y desde Tumbez á la cima helada De Potosí argentífero, tremolan Los triunfantes pendones que dividen De albo y rojo matiz tres zonas bellas. Cual leve arísta el aquilon furioso Disipaste las huestes opresoras. Asaz, asaz regaste los altares Sacros á Libertad y á la venganza, Con la terrible y necesaria ofrenda 525
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