La poesía de la emancipación

LA POESIA DE LA EMANCIPACION En tu grande alma, no, caber no puede Pensamiento mezquino: aqueste suelo De los Incas, salvaste; él es tu pátria Como la margen del feliz Catuche! (2) Bello es triunfar en las sangrientas lides, Y bajo el pié del espumante bruto Del postrado enemigo hundir la frente: ¡Cuánto mas bello aun de Jano el templo Cerrar las férreas puertas con la diestra Que aterró á las falanges orgullosas, Fundar de Astrea el reino, y á la sombra De las erguidas palmas de Gradivo (3) Dar al Pueblo la paz y bienandanza! De tantos que azotaron á la tierra Con su loca ambicion y sus hazañas De ominoso renombre, ¿qué vestigios El filósofo observa? Soledades Formadas por su espada, ó bien ruinas De pirámides tristes, amasadas Con el sudor y lágrimas de esclavos. De luto se reviste, se estremece Naturaleza cuando nace un héroe. Cuan diferente, Próspero, es la gloria Noble, pura, inmortal, que te circunda! De la abyeccion infame de colonos A la alta dignidad de ciudadanos Nos levantaste Tú, contento solo Con ser de ellos primero; y desdeñando Esa púrpura regia, que consume Con veneno fatal, cual la funesta Dádiva recibida por Alcides Del celoso furor de Deyanira. (4) Deja ladrar á la calumnia infame Que en todos tiempos vierte su ponzoña (2) Río que baña á Caracas· 527 (3) El dios Marte. (4) Es bien conocida la fábula de la túnica emJ?onzoñada con .la sangre de una serpiente, legada por un Centauro á Deyarura como un filtro para recuperar el amor de Hércules. Apenas se vistió éste con ella, sintió el vene– no correr por sus venas, y espiró en medio de tormentos.

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