La poesía de la emancipación

LA POESIA DE LA EMANCIPACION De Tiberio, de Cayo, y Marco Tulio, (8) Se vió el tremendo tribunal de Sila Sobre cráneos de víctimas erguido,- y espíró libertad. En vano, en vano Cesar cayó bajo el puñal de Bruto, Ella despareció: que nunca mora Entre hombres corrompidos, devorados Por vicios torpes y por sed del oro. Oh de insensata Galia dura suerte No lo pregonas con terribles ecos? Del humilde tugurio al alto alcazar La segur se paseó con feral pompa Sin cansarse jamas: ni edad, ni sexo, Ni virtud, ni inocencía, desarmaron La delirante furia demagógica, Que Igualdad! Libertad! gritando siempre A los crudos verdugos aguijaba, Hasta que sobre escombros y cadáveres Levantó Despotismo la audaz frente, Y el indignado y oprimido pueblo Cual presente del cielo le aclamára, Y tú, Iberia infeliz, envuelta en duelos Sin consuelo ni término; tú, albergue Perenne de dolor y de impericia, Que de la teocrácia el yugo besas Sin saber ni servir ni emanciparte, (9) ¿A los pueblos atónitos no clamas Con voz desfalleciente, que se aparten De ese horrible sendero que condujo Perpetuamente á perdicion y ruina? Oh tierra de Colon! oh Patria mia! Si escarmiento fatal no te alecciona, Si dañosas y pérfidas doctrinas E hipócritas consejos no rechazas; Antes que verte en la carrera odiosa 529 (8) Tiberio y Cayo Graco perecieron á consecuencia de horribles sedi– ciones excitadas por su proposición de ley agraria, rechazada por los ava– ros patricios. (9) Neque totam libertatem neque totam servitú. tem pati possunt. Ta– cito.

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