La poesía de la emancipación
50 AURELIO MIRO-QUESADA SOSA Y así viendo aquel tirano, aunque de sus iras ciego, que aun ardiendo en tanto fuego no se ablanda la Lechuga, entregándose a la fuga tomó las de Villa Diego. Vino un Angel coronel que a este pueblo consternado pareció del cielo enviado, pues también era Gabriel. Contra el ejército infiel de los guerreros bastardos trae de fuego muchos dardos, y como sabio y prudente, para destruir la Serpiente trae Escuadrón de Leopardos. El famoso Moisés contra el rebelde gitano mira el común interés, y el honor del soberano, que para todo ábil-es. También el jefe sagrado de su ilustre clerecía, levantó una compañía para servir al estado, y después de haber librado otras armas más terribles, echó mano a las visibles, y en contínua centinela con la inculpable tutela hizo sus armas temibles. Ganados y hombres ganados, ganados y hombres perdidos, los unos enriquecidos y los otros arruinados.
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