La poesía de la emancipación

LA POESIA DE LA EMANCIPACION Marchó con los conspirados a empuñar el cetro Real, y para un empeño tal se nos presenta a la vista intentando la conquista de la ciudad imperial. Con rabia luciferina nos intima sus crueldades, y por sí mismo examina que entre todas las ciudades ninguna es tan carolina. Por su ceguedaa no advierte que si al Cuzco ha de embestir le es preciso combatir con la invicta mujer fuerte. Por una dichosa suerte tenemos la protección de la que a este cruel dragón, por decreto singular, siempre lo ha de conculcar estable y firme en Sión. Aunque es aurora apacible al que busca su sagrado, es ciudad inaccesible y escuadrón bien ordenado en la guerra muy temible. Sin legítJimo instrumento en la posesión insiste, pero el pueblo lo resiste porque hay despojo violento. Y que en todo mandamiento se prescribe lo primero que no se atropelle el fuero de alguno que tenga acción, y que sea la posesión sin perjuicio de tercero. 51

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