La rebelión de Túpac Amaru
LA REBELION DE TUPAC AMARU 247 en nombre de Su Magestad, como a descendientes de don Christo– val Paullo, hijo del gran Guaina Capac Duodécimo Rey que fué del Perú, según persuade la provición real librada a favor de Don Acencio mi abuelo, su fecha en la ciudad de los Reyes en veintiuno de Mayo de mil setecientos quarenta y seis, obedecida por Don Juan José de Molleda Corregidor, que fué de esta ciudad, y nuevamente corroborada, por el Excelentísimo Señor Don José Manso de Be– lasco, Virrey de estos Reynos, y obedecida por Don Miguel Feijó de Soza Corregidor que fué de Quispicancha. Aun en lo Eclesiásti– co sea experimentado el Real servicio mas o menos según a dado tregua el tiempo. Pues mi tío Don Fernando Ramos Tito Atauchi, cura propio de la doctrina de Umachiri en la Provincia de Lampa salió en la expedición de Orden del Excelentísimo Señor Obispo de esta ciudad, de Capellán de las tropas, y fué uno de los primeros, que anotició a la Real Junta la derrota de la milicia en el Pueblo de Sangarará. Y de orden de Vuestra Señoría Muy Ilustre, por ser en servicio del Monarcha fué en mi Compañía conduciendo la carta respuesta al rebelde que estaba en el pueblo de Tinta, con peligro próximo a su vida, pues haviendo estando todos no– sotros sentenciados a muerte por varias veces, por providencia divina, logramos escapar bajo las banderas españolas.- Mi herma– no el bachiller Don Leandro Sauaraura estando en el pueblo de Nuñoa de Theniente de Cura, fue solicitado del revelde Tupac Ama– ro, por Carta, dentro de la qual le havia puesto un edicto para que fijando en la puerta de la Iglecia convocara al gente al lebanta– miento iniciado: el -se negó heroicamente sin darle respuesta, antes sacando de el un tanto para su resguardo despachó originalmen te al Corregidor de la Provincia de Lampa, para su govierno, de quien · tomó las gracias en nombre de Su Magestad según acredita la Carta respuesta de dicho Corregidor quien la misma conformi– dad presentó.- No dejaré en silencio lo poco o nada en que he ser– vido. Pues cuando vino el Auto circular del Corregidor de Lam– pa, para que los Españoles del Pueblo de Orurillo saliesen contra el traydor Tupac Amaro, tuve la Gloria de exortarlos a su constan– cia~ les di Misa, y canté las letanías mayores, patente el Sobera1.:o Sacramento, y aunque se vieron rodeados por mas de diez mil in– dios en el Pueblo de Ayaviri, por la piedad divina, ninguno pere– ció. Por riscos y peñas andaban los Españoles hombres, y mugeres con vestidos índicos sin mas auxilio que el de Dios, ni mas alimen– to que sus lagrimas, profanados estavan los templos, y disi adas sus Haziendas movido de caridad, y de celo sacerdotal, despues de
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