La rebelión de Túpac Amaru
250 GUILL~RMO DURAND FLOREZ ron prenderlo, por hallarse ya destituido de toda defenza. El descu– brimiento de la conjuración, la pesqu:za y castigo de los tumul– tuantes, la pacificación de este territorio, y la tranquilidad de muchos de sus provincias de devió solo al aviso, y fidelidad de Don Pedro Sauraura Tito Atauchi, servicio tan sobresaliente e Ilus– tre, hecho al Rey nuestro señor cumpliendo en esto con la obliga– ción de fiel vassallo y amador de su patria, como verdadero imi– tador de Nuestros autores que assi lo hicieron en la antiguedad, según dexo referido.- Atento pues a los servicios personales de mis padres, los nuestros, y los leales procedimientos de mi hermano Don Pedro, y confiados en lo determinado por Vuestra Señoría muy Ilustre sobre los han derramado su sangre expuestas sus vidas Vienes o Haziendas en defensa de la patria, y de la religión, oyen– do con bisarro desprecio las amenazas, y ofensas del rebelde, y ocupándose en servicio del Augusto, mas benigno, mas recto mas benerable~ y amable Monarcha de quantos hasta ahora han ocupa– do el trono de España, y de las Américas, y la promesa de las cer– tificaciones expedidas por el Capitán de la Caballería Don Juachín de Balcarcel, Corregidor, que fué de la Provincia de Quispicancha de Don Miguel de, Torrejón Coronel del Regimiento de la Real 'Jun– ta, y esperanzados en la superioridad con tan circunstanciados documentos ocurro a la grandeza y magnanimidad de Vuestra Se– ñoría Muy Ilustre para que en vista de ellos se sirva hiendo nues– tra calidad, fidelidad y méritos atendernos en justicia honrrado y favoreciéndonos, como también a los tres hijos de mi difunto her– mano, que son Don Pedro, Don Justo y Doña Faustina tan menores de edad que apenas el mayor será de diez años con lo que fuere servido, y conforme a la Real Clemencia por via remuneretiva ali– viándolos para la mantención del resto de sus vidas; pues mi her– mano fué cacique confirmado, por el Superior Govierno de todo el Pueblo de Oropeza, a que havian de subsederle sus hijos, como beneméritos a tal empleo, y mas propincuos al efecto.- Y por lo que toca al general de nuestra familia ampararnos de nuevo en una posesión de cinco topos de tierras, que en el paraje nombrado Tincoc disfrutamos los que se le remuneró a mi padre por sus servicios personales, el Señor Conde de Superunda, Virrey qu fué de estos Reynos, para que Je agamos en nombre de Su Magestad sus hijos, y descendientes, y luego, como nue tro Visitador Gen - ral, después de dejarnos recomendados, y encargados a los Tribu– nales para que nos atiendan como a tales deudos de Don P dro Sauaraura Tito Atauchi se digne informar a Su Mage tad 1 no-
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