La rebelión de Túpac Amaru

LA RE.BELION DE. TÜPAC AMARU 251 toriedad de nuestra lealtad, y servicios, y en especial los de mi hermano el predicho Don Pedro Sauraura, para que con ella ocu- . rramos al Real y Supremo Consejo de Indias, y de ay esperimen– temos, las maiores gracias, y distinciones como lo merecieron nues– tros antepesados, pues son propias a unos ·servicios tan esclareci– dos y que en la posteridad tengan el devido y mas apreciable lugar en todo tiempo sus deudos, y decendientes berificándose en ellos los premios, que correspondan a tales servicios como de un vassa– llo tan seloso del honor de su soberano, pues las personas de aque– lla distinción como previene la sedula real de nuestro benerable y amabilísimo Rey El Señor Don Carlos Tercero (que Dios guarde) expedida el año pasado de mil settecientos sesenta y seis. Y man– dada guardar por el Excelentísimo Señor Don Manuel de Amat, Vi– rrey que fué de estos Reynos, <levemos por su Real gratitud ser empleados en los puestos más honoríficos del Reyno, por lo que. A Vuestra Señoría Muy Ilustre Pido y suplico que haviendo, por presentados todos los documentos, de que llevo hecha mención, y movido de su gran venignidad se sirva concedernos lo que llevo pedido en este mi escripto, que es merced, con justicia la que es– pero alcanzar de la grandeza y liberalidad de Vuestra Señoría Muy Ilustre, y juro en lo necesario y para ella escétera. José de Saua– raura Tito Atauchi. Decreto.- Josef de Sauaraura Tito Atauchi.- Cuzco Julio vein– te de mil ·setecientos ochenta y uno. Debuelvanse estos documento~ al interesado, para los fines que puedan servir. Areche. Escrito.- Señor Justicia Mayor.- El Bachiller Don José Rafael Sauaraura Tito Atauchi, como mas haya lugar en derecho paresco ante Vuestra Merced, y digo, que la Superioridad de mi ilustrísi– mo prelado, se sirvió honrrarme con el título de Cura Coadjutor, Vicario y Juez Eclesiástico de esta Doctrina de Juliaca Provincia de Lampa, sin que para este apostólico Ministerio huviese pre– cedido en mi mérito alguno, sino sola la benignidad, y Grandeza de Su Señoría Ilustrísimo.- En su tribunal tan justificado por im– pedir el paso a mi destino, con el mayor rendimiento que pude, hice mi representación de palabra, y mi señora Madre alegó por escrito, diciendo que yo era hijo único. Que yo estava encontra– do con los Tupa Amaros, secuaces y Aliados, Y finalmente odiado entre los Indios por estar todos ciertos, de que yo era la causa de la pesquisa y muerte del rebelde José Gabriel Tupa Amaro, mu– ger, hijos y <lemas complices. Que realmente fue assi, pues

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