La rebelión de Túpac Amaru
LA REBELION DE TUPAC AMARU 259 a entender, lo que es prometieron de decir la verdad en lo que fue– ren preguntados, quienes declararon Jo siguiente.- Siendo pregun– tados en varios asumptos, que se ofrecieron como anexos y con– sernientes a esta declaración, dijeron lo siguiente. Que estando los Indios ya enconados con los españoles hombres y mugeres, todos con riesgo de sus vidas por los continuos homicidios que iban exe– cutando en lugar sagrado, y fuera de él; no solo los de este territo– rio, sino aun los de otros lugares, como Lampa, Carabaya, Pupuja, Taraco, Lares, Caica, y otros pueblos, que haciendo quadrillas de treinta, o cinquenta, quince etcétera, bajaban en estos lugares, lle– gó a este Pueblo el Doctor Don José Sauaraura, Clérigo Presbítero, teniendo una carta de el Rebelde Josef Gabriel Tupac Amaro, con destino de passar al Cuzco. Y viéndonos en estado tan miserable no solo nos consoló sino fervoroso de la paz, sosiego y reconcilia– ción que tuviéramos entre todos se subió al pulpito, y con grandes lágrimas, exortó reprendió a los Indios, y les encargo el amor, que nos havian de tener por ser próximos, y Christianos como ellos, y al mesmo paso con vivas boces les dijo, que les convenía sugetarse de promto a las amables y suaves Leyes de Nuestro Monarcha, y señor, so pena de que no lo haciendo serian pasados a Fuego y sangre, a estas voces hicieron un alarido dentro de la Iglesia todos llorosos pidiendo el perdón y asidos al dicho Eclesiástico sin que– rerlos soltar. De todo lo dicho digo el suplicante que tenía sertifi– cación del cura coadjutor, y de los Eclesiásticos del lugar. Añadió don Isidro Zalas, el otro declarante de que a su vista le persuadió, al finado Luis Poma Inga Comandante del Rebelde, para que a los Españoles los protegiera, quien prometió de hacerlo así. Dijo mas este testigo de que esa mesma noche un Capitán de Carabina hizo propio al Rebelde anoticiándole de todo lo acaecido quien dió orden para que lo llevaran preso, y agarrado de su Santo Christo; y apre– surándose el predicho, para pasar al Cuzco le embarazó el denun– ciado Capitán, y en la mesma puerta del Finado Poma Inga se tra– taron de razones, y tuvieron grande contienda con peligro eviden– te de su vida, por haverse juntado los indios para esta maniobra, y pasado que fué el puente de facto lo quicieron matar que a no haver estado bien con los Indios de este Pueblo, quienes lo favore– cieron como a su cura Theniente, que lo fue un tiempo, realmente huvieran cometido este Sacrilegio; pero los estraños se la juraron de que la havian de cobrar la traición hecha a su Inca, donde quiera que le encontrasen, y que quedavan encargados de darle aviso lue– go que logren verlo. Yo de regreso del Cuzco a Tinta oyeron de ver,
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