La rebelión de Túpac Amaru

260 GUILLERMO DURAND FLOREZ que el referido eclesiástico se hallava en muchas tribulaciones, y por ver disconformes las novedades solo se remitieron, a otros que fueron testigos de vista, y conpresos suyos. Esto es lo que declaran, y entendidos una y tres veces en el te– nor de su declaración, que de nuevo se les leyó se ratificaron tantas y cuantas veses el derecho lo permite. Dijo el uno de ser de ochen– ta y mas años, y el otro de sinquenta años, quienes han estado de firme en este Pueblo, y que no les comprenden las generales de la ley firmaron con nosotros y testigos de nuestra asistencia a falta de escrivano, que no le hay en esta Provincia. Adrian Enriquez Almaor. Leandro Palomino. Isidro Zalas. A ruego de Don Lucas, Marcos de Zalas. Roxas que no supo firmar. Pedro Camacho. Otros.-En el pueblo de Quiquijana Provincia de Quispicanche en veinte, y siete dias del mes de Noviembre de mil setecientos ochenta, y ·uno parecieron Don Juan de Dios de Córdova, y Don Ju– lian Leon, vecinos españoles, ante nos, y hecho el juramento, por Dios Nuestro Señor, y a una señal de Cruz, y entendido lo que es, prometieron de decir la verdad en lo que fueren preguntados, so pena del juramento que tienen hecho, y dijeron l,o siguiente. Fué en quanto a la prédica, exorto, y reprehensión, y demás actos Chris– tianos, que hizo el suplicante se remiten a las declaraciones pri– meras, como también en los <lemas sus concernientes. Añadió Don Julian Leon, que es el otro testigo, de que en su mesma puerta hu– bo el referido presbítero la contienda con el predicho capitán de Caravaya, y la gente que juntó, para embarazarle el paso, y a los demás Religiosos que trancitaban al Cuzco y aunque tuvo orden verbal de Josef Tupac Amaro para despacharlo preso no lo hizo, antes le escrivió disculpándose por ver que pasava a la ciudad en favor de los Españoles, y que a su vista le acompañado Luis Poma Inga, Comandante que fué del Rebelde, hasta la Hazienda de Nina– banba donde (dicen) le lloraron los indios para que regresara con el perdón, añadió mas este declarante de que los indios por haverle favorecido al dicho Eclesiástico los quisieron matar una noche a traición, que a no haverse precavido por malicias, que tuvieron, miserablemente hubieran muerto. Esto es lo que dijeron y leydose• les su declaración se ratificaron tantas quantas veces el Derecho les permite, y que no les comprehenden las generales de la ley: dijo el uno ser de quarenta años, y el otro de treinta y mas, quienes fir– maron con nosotros, y testigos de nuestra asistencia, a falta de escrivano, que no le hay, en esta Provincia.- Adrian Enrriqu z

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