La rebelión de Túpac Amaru

LA REBELION DE TUPAC AMARU 271 recho paresco ante Usía y digo: Que estando de cura Theniente en Antauta anexo de la doctrina de Hururillo pase intrepido al pueblo de Aiavire, movido de Caridad sacerdotal, y compungido de ver a la gente española andar fugitiva por riscos y peñas sin mas auxilio que el de Dios ni mas alimento, que sus lágrimas y logre dichoso con mis lagrimas y eficaces razones trayéndole a los ojos las malas re– sultas, y feo lunar en la nación que havia acarreado su hecho, pre– dicarle en su morada, y transtornarle de su iniqua empresa al In– surgente Josef Gabriel Condorcanqui, y Noguera, vulgannente nom– brado Inca Tupac Amaro, quien segunda vez volvió, alevose a in– sultar a la jente para haser nueba embestida al Cuzco.- Luego que salí de la Iglesia puesto en las gradas, y teniendo a mi lado al re– belde convoqué a la plebe de todas clases y en voz alta, prediqué a los Indios recomendando a los españoles para que no los mataran, y a uno que así lo havia echo en quitarle la vida a un Español lo mandé prender, y al tiempo de partirse ya para Tungasuca el trai– dor, quien lo perdonó, yo violentado de coraje sacerdotal, para con el hecho escarmentar a otros insolentes, hize que de las manos lo amarraran a la cola de un cavallo, a quien lo tiraron mas de dos leguas, y de buelta de su destino me prometió escarmentar. . .... . Con mi buena diligencia puse a salvo algunos señores sacerdotes pricioneros, quedó libre toda la gente blanca de Aiavire, y sus vienes restituidos del embargo general, que hizo su Coronel Andrés Castelo, lograron de este indulto muchos españoles, de Pucará y Santiago de Pupuja, hize libr~r carteles a favor de las Iglesias, y por lo que hace al pueblo de Hururillo, siempre fuí acérrimo escudo de la Iglesia, y Españoles.- Investido de estas ocupaciones caritativas, ol– vidado de mi mesmo desamparé todas mis cosas, hasta perderlo en el todo, solo guiado de mi lealtad, que debo prestar a mi soberano Monarcha, y Señor abriendo sendas de alivio, y escape a sus pobre españoles, y fieles basallos, pues aun estando pricionero en Tinta de regreso de la ciudad, con la carta respuesta del Señor Visitador General pedí limosna de vestuario de la finada Micaela Bastidas con el designio de que otros tambien gosaran de este beneficio·, y de hecho se logró.- Al fin con mis artificios, y trazas interné de Emisario al Cuzco para denunciar sus disposiciones, siniestras de peltrechos de Guerra, y dar noticias individuales que goviernen a las tropas españolas, para la captura del revelde traidor, lo que logré executarlo, y entregarlo con mis trazas, como consta de la repre– sentación que hize al Señor Visitador General, la que está aproba– da y rubricada por su señoría, a esta diligencia le acompaña en con– firmación de la antecedente otra sertificación librada por el señor

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