La rebelión de Túpac Amaru

LA REBELION DE TUPAC AMARU 285 Exceientísimo Señor Don Valerio Gasols Capitán del Reximiento Real De Infantería de Li– ma, parece ante Vuestra Excelencia con el devido rendimiento y dice que corriendo al cargo del suplicante la Guardia de Infantería de este Real Palacio, se le ha encargado la cuestodia y asistencia de lo3 reos, que por las alteraciones acaesidas en el Reino ha sido presiso mantener en aquel lugar para tenerlos con la devida separación cau– tela y seguridad respecto a la gravedad de sus delitos y a precausio– nar por ese medio toda comunicación, que hiciese obstáculo al des– cubrimiento de la verdad. Desde la madrugada del día veinte y siete de febrero de este año han ido entrando subversivamente y saliendo algunos, ya a la Real Cárcel de Corte, ya sentenciados y ya libres por haver purgado los indicios que dieron mérito a su captura, todo lo que se especifica con individualidad en la adjunta lista que con solemnidad necesaria se exibe con la notación marginal, que acredita los días de existencia de dicha guardia desde el dicho día de veinte y siete de febrero, has– ta el último de octubre proccimo passado. El sustento que se les ha ministrado no admite duda. Las asis– tencias extraordinarias son constantes. Se les ha tratado y trata con toda equidad y esmero que nada se les ha negado de quanto han pedido para lisongear el paladar, particularmente con los tres prin– cipales Tupacs==Arnarus, por quienes el Señor Doctor Don Benito de la Mata Linares y Jues en la referida causa me contribuyó ciento y quinze pesos para su mantención a razón de un peso diario, cuio recivo se agregó a los autos de la materia. Estos como fueron desti– nados para solo los tres enunciados Tupacs = Arnarus se distribuie– ron en ellos en otros tantos días y los demás que han corrido hasta el presente han sido del peculio del Suplicante. Por lo que basé a los otros reos, no se le ha ministrado al Su– plicante cosa alguna, sin que por esto haian dexado de lograr las asistencias, tanto por lo que mira a su sustento quanto por lo que hase a los <lemas insidentes, y al renglón de belas por la contin~a vigía en que se les ha tenido y divercidad de separaciones. Por ma– nera que no pudiéndose dudar de la entrada, de la existencia en el Quartel y de las salidas alos destinos enunciados tampoco la hai en el gasto impendido. Aunque el Suplicante pudiera haver llevado una cuenta exacta del gasto diario, pero siendo las partidas menudas y repetidas al día sus ocupaciones continuas y careciendo de tiempo y sociego para emplear esta proligidad, se contenta con dejar al supe– rior arbitrio de Vuestra Excelencia su remuneración. Para esto hase

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