La rebelión de Túpac Amaru
LA REBELION DE TUPAC AMARU 349 administración en 28 de Diciembre de dicho año en los que también está sentada la partida en el libro por cargo de caudales en la misma fecha, solo queda el des– cuvierto revajada aquella cantidad en la de doscientos cinquenta y tres pesos seis reales seis granos que se per– dieron en la irrupción de esta provincia con el falleci– cimiento de este administrador en la expedición de Cal- 5 ca.== Es constante que esta provincia fue la primera que sorprehendió el revelde luego que acaecía la lasti– mosa mortandad de los nuestros en Sangarara, a cuya resulta se pusieron en fuga el Corregidor y los más ve– sinos quedando la provincia por el rebelde, para el sa– queo de obrages, destrucción de pueblos y moradores que quedaron. En estas circunstancias se presentó el ci– tado administrador manifestando el suceso que le impe– día el conocimiento de las cuentas de los estanqueros, ignorando el fin de ellos a resulta de el asalto, de la que se havía escapado y así pidió se le tolerase hasta ver si se aquietava, para pasar al reconocimiento de los inte– reses ""eales a cuyo efecto dejo en depósito las existen– tencias que pudo escapar y se hallan abonadas en su cuenta habiendo oblada los cien pesos por los consumos de su capital, lo que se le admitió como era natural, pues en aquella oportunidad no era devido obligarle a que diese la cuenta respecto de que él tampoco la pudo verificar con los estanqueros de su comprehensión. A resulta de esto acontesió el que lo hubiesen incorporado a una expedición que salió de esta ciudad para los altos de Picas y Ocongate al comando de don Isidro Gutierres en la que murieron el Comandante y muchos soldados entre ellos don Bernardino Viscarra, dejando a su viuda 6 e hijos en la mayor inopía == No por esto se han omi– tido las diligencias corsemientes a fin de recaudar lo posible, pues a resulta de ellas conseguí exhiviese Doña Micaela Aragón, viuda de don José Pabón estanquero que fue del pueblo de Ureas que también murió en la expe, dición de Sangarara, el valor de setenta y siete pesos tres y medio reales, en las especies de existencia que asímismo se hallan abonadas en la cuenta de su admi– nistrador Viscarra. El estanquero de Quisquijana Vizen– te Salas se mantuvo en esta ciudad todo el tiempo de la revelión enfermo de un brazo que le quebraron los re-
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