La rebelión de Túpac Amaru

LA REBELION DE TUPAC AMARU 405 to antes de estos países, con preferencia a cualesquiera otra, para precaver algún funesto evento.- Con este pleno conocimiento, luego que por la casual muerte del Señor Inspector General, recayó en mí el mando de las Armas, y el encargo de la seguridad de estas Pro– vincias, mirando este objeto como principal medio para conseguirla dirijí mis conatos a verificar su extracción empleando cuantos se– cretos resortes permite y sugiere la política, y estando próximo a conseguir, en no pequeña parte, mis celosos deseos en el viaje a la capital de Mariano Túpac Amaru, y Andrés Mendigure, que han veni– do con esta determinación, me veo casi en términos de malograr to– do lo trabajado, por que, estos me dicen, no podrán verificarlo si, para ciertas habilitaciones, no se les adelantan quinientos pesos por mitad a cuenta de sus pensiones.- Yo no ignoro las expresas prohi– biciones que, para esto, hacen las leyes pero, como en estas no es posible se pudiesen prevenir casos de tan extraña naturaleza como el presente, creo tendrá lugar la epiqueya, y que por ella arbitrará Vuestra Merced. lo que hiciera el legislador si lo presenciara, man– dando, si lo tubiere a bién, se les haga este adelantamiento para que consigamos lo que tan interesa al Rey, y al estado, por que re– celo con fundamento que si perdemos esta oportunidad, no se pre– sentará tal vez otra, y, de esta resolución que espero de su celo, me resultará la satisfacción de que t enga Vuestra Merced tanta parte en un logro de esta importancia añadiendo este nuevo servicio a los . que ha contraído hasta aquí en el del Rey, y quedando, yo, con el mayor reconocimiento de Vuestra Merced, a quien deseo guarde Dios muchos años. Cuzco y Diciembre doce de mil setecientos ochen– ta y dos.- Beso la mano de Vuestra Merced, mayor servidor. Ga– briel de Aviles. Señor Administrador General Don Francisco Parrilla. Ne:> 351 Muy Señor mio, contemplando, con Vuestra Señoría, que, para tranquilidad de estas Provincias 1 conviene remover, de ellas, los objetos a cuya presencia el espíritu de sus naturales puede con– moverse de nuevo, pues, sin embargo de las protestas de fidelidad y del escarmiento que deben tener los Indios con el justo suplicio del rebelde Cacique de Tungasuca, raiz de la sisaña esparcida en ellas, aun quedan ramas suyas capaz de reprodl.!cir en sus corazones los mismos audaces deseos y excecrab]es empresas, y practicarlas siem– pre que la ocasión se proporcione, y, conforme a las ideas de su ignoranda y ambición con ª9:uel partido, que han experimentado propenso y obediente a sus designios: convengo, desde luego, en que, a Mariano Túpac Amaru y Andrés Noguera se les adelanten, a cuenta de sueldo o pensión que tienen asignada, los quinientos pe– sos para la habilitación del viaje que Vuestra Señoría me expresa

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