La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
102 lMFoRME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco ciso tránsito por la de Tinta, cuya pronta y advertida prevencion tuvo el buen efecto de la libertad. Nada omitia esta junta én sus continuas asambleas de cuanto consideraba conveniente providen– ciar, y sin guardar términos y horas velapa en su expeaicion. Fué aceptado en una de las primeras á que se convocó el heroico pensa– miento del coronel don Miguel Torrejon, de juntar y acuartelar en la misma casa que fué de los regulares expatriados, una compañía de los nobles indios y caciques de las ocho parroquias de esta ciu– dad, para que estuviesen juntos en ella con las demas compañías que formaban cuartel, evitando así la union que tal vez olvidados, de la fidelidad, pudiesen hacer con el rebelde. Esta precaucionada pre– vencion descubrió despues haber sido conveniente, y contra la espe– ranza que concibió el inicuo traidor de tener de su parte á los no– bles, caciques y demas indios principales de esta ciudad, á quienes se les guardó la debida estimacion y dieron pruebas de su fidelidad y amor á V. M. Como eran muchas las providencias que se expidie– ron y órdenes que se daban á todos los negocios ocurrentes que ne– cesitaban secreto y cautela, se confió por la junta á un vocal de ella, que lo fué el coronel D. Miguel Navarro, cuya instruccion era co– nocida, para con el método debido se formalizasen las actuaciones, consultas é informes á la superioridad de Lima, y fué acertada esta · comision, pues supo desempeñar sus grand~s y gravosos asuntos con la más cabal clireccion. Al corregidor de la provincia de Quispecanche D. Fernando de Cabrera, como el más inmediato á la de Tinta, que vino á dar cuenta del suceso y pedir auxilio, se le previno juntase sus milicias, para impedir en ella los progresos del rebelde, y esperase los que se le darian de esta ciudad, á fin de formar un cuerpo respetable, y por lo pronto se le enviaron 150 hombres con dinero, armas y municio– nes, al comando de D. Tiburcio de Landa, gobernador absuelto de Paucartambo, y del teniente coronel del regimiento de Tinta, D. Francisco Escaj aclillo, á quienes acompañaron muchos hombres de honor españoles, que deseaban hacer frente al enemigo, sin embar– go de repetidas órdenes de la junta para que esperasen el número de tropa que se estaba previniendo para mayor refuerzo, y que pa– sarian comandantes de experiencia militar que la mandase; resolvie– ron salir con poco más de 400 hombres en solicitud del rebelde, mo– vidos del espíritu y valor que les alentaba, ó envidiosos de la glo– ria de triunfar de un enemigo que no consideraban poderoso á sus esfuerzos. Acompañáronles los nobles caciques del pueblo de Oro– pesa, D. Pedro Zalmaraura y D. Ambrosio Clillitupa, con los indios de sus ayllos y parcialidades, que llegaban á 700. Esta determina-
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