La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco 107 más despues en repetidos sucesos. El corregidor de la provincia de Andaguailas, D. Antonio Villalba, oficial de la Real armada de V. M., condujo el ventajoso número de más de LOOO hombres con al– gunas armas de fuego y rejones, en que se incluyeron 50 fusiles que despachó la ciudad de Guamanga. Esta buena tropa se ·acua.rteló en la casa y colegio de S. Francisco de Borja, donde se educan los indios nobles, hijos de caciques, y su espaciosidad dió lugar á los continuos ejercicios doctrinales, con lo que se puso en la correspon– diente instruccion, cuidaron bien de ella su comandante el corregi– dor Villalba, su coronel D. José de Zaldívar y Saavedra, vecino de esta ciudad, el teniente coronel D. Andres de Vemgolea, que la con– voyó desde Andagualas, y los demas capitanes y subalternos de este cuerpo, que supieron todos desempeñar sus obligaciones en diver– sos puestos y reencuentros con los enemigos, á que fué de~tinado con más frecuencia que otros, por tener más armas de fuego y haberse mantenido las mulas y caballos que trajeron, de que carecían los demas; y habiendo convenido retirarse el corregidor al mando y re– paro de su provincia, quedó esta tropa á las órdenes del coronel Zal– dívar, que cuidó con celo y honor iiU desempeño. Llegaron tambien 200 hombres de la provincia de Cotabambas con su corregidor D. Maximino Echalas y Guirior, que entregó su mando y manejo á su sucesor D. J.osé María de Acuña y al coronel D. José de ·Verroetat las que se acomodaron en cuartel separado, y empezaron luégo el turno y escala de guardias, manifestándose pronto y activo este nue– vo corregidor para que se le ocupase, y fué destinado despues en comandancia, que desempeñó con honor. Tambien se aumentó otra compañia de pardos libres de esta ciu– dad, que cogió á su cargo como capitan de ella el coronel del valle de Maxes D. José de Andia, quien la vistió á su costa en número de sesenta plazas, y esta compañía sirvió con aprobacion de sus jefes en diversos destinos. Las compañías de milicias de esta ciudad se– guían haciendo las guardias y rondas con cuidado y desvelo, á que atendían el comandante del cuartel y sus coroneles y <lemas oficia– les de ellas, todos con celo y amor al Real servicio de V. M. y del Estado; guarneciéndose los puestos por donde pudiera tener la más segura y pronta comunicacion el rebelde, y principalmente al que se nombra Ocoruru, encargando su custodia al teniente coronel del regimiento de infantería de la ciudad D. Mariano Maruri, del órden de Santiago, y al sargento mayor D. Bernabé de Villavicencio, y éste permaneció despues en él muchos dias por abandono del pri– mero, sufriendo-- las inclemencias~ del- sitio;-en que - le -acoiripanoel capitan ~e caballería D. Isidro de Ascona, y en las guardias · avan-

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