La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

110 INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco do.de D. Manuel de Villalta, que ejerciendo el empleo de inspector, se hizo cargo del vestuario y aseo de las &rmas. Diariamente se con- 4~~ian todos los cuerpos .á la gr;;tnde plaza del ·cuartel :general, del que salían tambien los que estaban en él. Pasaban listas y recibían 'órd~nes que comunicadas por el mayor general ·D. Juan Manuel Campero se distribuían . por el comandante D. J oaquin Balcárcel y el .coronel de la plaza D. Miguel Torrejon, que alternativamente cui– daban de su puntual observancia, y el grande y lucido concurso de estas uniformadas tropas daba contento y animosidad á todo el no– ble y popular vecindario de esta ciudad, que manifestando sus es– fuerzos se ofrecia á su defensa y buscar el enemigo hasta triunfar de él, publicando con gozo el deseo de la vida de V. M. y de sacrifi– car las suyas en su Real servicio. Nombráronse oficiales de plana .mayor que hiciesen la gran ronda toda las noches, en que se tur– naban el coronel de caballería Marqués de Rocafuerte, los dos sar– gentos mayores de ambos regimientos D. Bernabé de Villavicencio ,y D. Gaspar de Rosas con el mayor de la plaza D. Domingo :)?agasa, que .se dilataban hasta los puestos avanzados, y tambien se nombra– ron vecinos de distincion que celasen las rondas particulares de la ciudad y vigilia de los cuarteles, cuya fatiga admitieron y desempe– ñaron con honor, debiéndose al cuidado de D. Joaquin Balcárcel sus distribuciones. Las astucias del rebelde que tenía noticia de estas disposiciones se extendian á dilatar sus secuaces, y pasó á las pro– vincias de Lampa, Asangaro y Carabaya, pertenecientes al vireina– to .de Buenos Aires, que son cuantiosas, cuyos corregi4ores se ·reti– raron considerándose con pocas fuerzas para su oposicion, y que- . dando Reyalas y los indios de ellas. en total libertad, los .allanó á su devocion y partido aumentando con su crecido número el grue– so ejército con que pensaba invadir esta ciudad, que como la pri– mera y más principal del reino anhelaba á tenerla por córte suya como lo fué de los antiguos Ingas, y separando un grande trozo de tropas de las que ya tenía agregadas de aquellas provincias, le dió el .~ando á su hermano Diego Tupaa Amaro para que pasase á in– vadir- la provincia de Pancartambo, cuyos pueblos altos, con los de las serránías de . la de Quispicanche y Calca, sus confinantes, esta– ban ya. de su parte, dilatándose su audacia á escribir cartas á los ca– bil.dos, prelados y reverendo obispo, persuadiendo de justas sus de– t~rminaciones. Esta noticia obligó á encargar por lo pronto su de– .fensa. al sargento mayor D. Francisco Celorio con la buena gente del mismo pueblo principal de Pancartambo, y se dispuso por este ca– bildo y junta de Guerra pasase luégo allá D. Lorenzo Perez Lechuga, .s.ujet.~ de·valor y conducta militar que merecía justamente su confian- za, y con cie1~ hombres que se le dieron de los auxiliares de Cota-

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