La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

112 L.' FOR.1\i!E HELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco infestada toda de los .secuaces del rebelde, dejando en poder de ellos sus bienes y la plata recaudada de los Reales tributos, y que– dando todos los· pueblos á devocion del enemigo, se retiraron todos lo~. españoles y mestizos á esta ciudad, donde se presentaron á la junta y fueron destinados á servir en el cuerpo de caballería lige– ra, como se ha referido; el citado cura Areta padeció mucho por el amparo dado al corregidor Campino, y otros buenos servicios que actuó, comunicando á este cabildo y junta de Guerra noticias con– venientes de las operaciones de los rebeldes; por lo que le pren– dieron y maltrataron, sin guardar respeto y atención á su carácter, y estuvo amenazado de quitarle la vida. El cura de la doctrina de Collquemarca, en aquella provincia de · Chumbibilcas, D. Mariano Fernand~z de Bobadilla, hizo esforzadas diligencias para mantener con fidelidad los habitantes de su pueblo, contra la inquietud y fuerza con que los movia Tomas Parbina, jefe del rebelde, que re– s~di~ en él, y exponiendo su persona á muchos ultrajes y menos– precios de ~ste infame, se hiZo caudillo de cuantos pudo mantener constan.tes en la fidelidad. Permaneció siempre en el pueblo, am– paran.do á las mujeres de los españoles que se retiraron á esta ciu– dad y á ¡us familias, perseguidas del perverso Parbina. Este ecle– siástico hizo el servicio de franquear gratuita y liberalmente mu– €hos quintales .de plomo para hacer balas, y por todo fué persegui– do y ,preso del rebelde; y despues, llegando nuestras tropas á aque– lla provincia, las auxilió con bastimentos y las acompañó con la gen– te que logró le siguiese hasta la provincia de Tinta. ·El párroco del pueblo de Chamaca, Dr. D.- Ignacio Santiestéban, permaneció tam– bie_n en él pre~canqo y confortando. á sus feligreses, y toleró igua– les ultrajes -y muchas persecuciones; pero manteniéndose en su doc– tr~na co~ ceio cristiano, cuidaba y defendía las perseguidas fami– lias de lqs españoles, dando punt uale.s :qoticias de lo que ocurría á la junta de Guerra. Fueron continuos y esforzados los acometimien– tos del rebelde contra los pueblos de la provincia de Paruro, inme– diata á l~ de su dominacion de Quispicanche, Tinta y Chumbibil– cas; pero el vigilante cuidado del cor regidor D. Manuel de Castilla los d~fendió y embarazó ganase la infeccion del enemigo. Fortificó los puestos más arriesgados, y principalmente el pasaje del rio ·de Pilpinto, inmediato al partido de Acos y Acomayo de Quispican– che, en que se hallaban los parientes y parciales de Tupac Amaro, qu~ apresó .despues. Señalóse á su lado con singular ·celo y fideli– dad· D. Feliciano de Paz, cura del pueblo de Colcha; en la misma provincia, exhottando y for taleciendo á sus .feligreses ·y demas tro– pas para la lealtad con que debian mantenerse. Hacia cumplir las órdel;les del corregidor Castilla, y observando los ·movimientos de

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