La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

124 INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco No se conturbó el ánimo de nuestro celoso y advertido coman– dante, Sin embargo de no tener más tropas . que las milicianas, que llegaban sólo al número de tres mil hombres, que era poca gente para resistir al crecido ejército del enemigo, nombró por sus ayu– dantes de campo á D. Francisco Picoaga, teniente coronel de Pa– ruro, y D. Martin de Concha, que servian de capitanes de caballe– ría, caballeros jóvenes patricios que tenian acreditado su honor y bizarro espíritu en las antecedentes funciones, y tomó todas las pro– videncias que consideró necesarias para la oposicion y resistir sus depravados fines, como lo consiguió con los felices sucesos que se siguen. Viéronse por la mañana las crecidas tropas que coronaban la cumbre de los cerros, y que se dirigian al superior de Piccho, nuestro dominante, y luégo se fortaleció, despachando doscientos hombres compuestos de los auxiliares de Cotabambas y Andaguay– las con dos cañones pequeños y sus correspondientes artilleros, en– cargando a Laysequilla que con este auxilio y su tropa y los caciques Pumacalma y Rosas defendiesen aquella principal parte en que se hallaban; se pusieron todas las tropas sobre las armas para ocupar los puestos convenientes, y á las once del dia empezó el combate con aquella anticipada y prevenida gente, se aprontó luégo la com– pañía <;lel comercio, que constaba de ciento treinta hombres fusile– ros, con su capitan D. Simon Gutierrez, que se le mandó subir al cerro con el coronel agregado D. Isidro Guisasola y D. Francisco Morales, que la habia instruido. Esta compañía se manifestó dis– puesta á operar con valor y esfuerzo, de que se tuvo satisfaccion, por componerse la mayor parte de ella de hombres de honor, co– merciantes de alguna posibilidad, y otros dependientes de este gre– mio, toda gente española que tenía ya acreditado su desempeño, y hallándose municionada, quiso anticipar su marcha con conocido ar– dor, que no se le permitió hasta comunicar á sus jefes el órden que debian observar, y recibido éste, se dirigió al cerro, en cuya subida guardó la unión y sosegada forma con que debia hacerlo, por no ren– dir las fuerzas con que necesitaba ponerse al frente del enemigo y operar luégo con su mayor vigor: Mandóse guarnecer con la com– pañía de voluntarios, que constaba de ochenta hombres fusileros, el importante sitio y puente de Puquin, al cargo y cuidado de su capitan, el coronel D. Pedro Echave, y apostándose la tropa de ca– ballería del regimiiento de la ciudad, del mando de su coronel Mar– qués de Rocafuerte, con el cuerpo de caballería ligera del cargo del coronel Allende y la gente que se retiró de la provincia de Quispi– canche con D. Pedro de Concha en los parajes de Belen y· Guan– caro, se formó una línea que abrazaba los sitios por donde el ejérci– to enemigo podia intentar sus avances quedando las demas com-

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