La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

128 INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco jefes y subalternos, la constante fidelidad de los vecinos y habitan– tf)s de esta ciudad y sus indios, sin reserva de clases, sexos ni eda– des, á que se harán siempre limitados los aplausos. Las tropas mi– licianas urbanas y las provinciales auxiliares dieron á conocer que no les hacen ventajas las veteranas, y que saben por sí defender la patria y servir con amor á su glorioso y benigno soberano, con– siguiendo con estos famosos triunfos, no sólo la libertad de esta ciudad, sino conservar sin alteracion las provincias que median has– ta Lima, que debió recelarse la hubieran tenido viendo rendida esta capital. Quedó franca la comunicacion con aquélla, y libres los puentes para la conduccion de tropas, que todo lo hubieran impe– dido los eontrarios sucesos. Hízose esta ciudad la primogénita del mé– rito, y sobre los fundamentos de su defensa ha corrido despues feliz el recobro y pacificacion del reino. Mandó el comandante retirar á la provincia de Paruro el vep.tajoso número de su tropa auxiliar, para impedir entrase en los pueblos de ella el enemigo, dejando sólo 300 hombres, importante prevencion, porque los acometieron luégo por diversas partes, que defendió siempre su corregidor Castilla. Aten– dió luégo al socorro que necesitaba el principal pueblo de Pancar– tambo, que se hallaba cercado del ejército de Diego Tupac Amaro, y despachando á él 400 hombres al cargo del teniente coronel Astete, á quien qcompañó el gobernador de Pancartambo D. Pedro Flores Cienfuegos, rodeando por el puente de Urubamba, único que con– vino mantener, caminó con su tropa, y en el tránsito tuvo varios encuentros con partidas de enemigos, que las desbarató, y á costa de las dificultades que venció sq empeño, llegó con su auxilio al oportuno tiempo de hallarse ya el comandante Lechuga sin muni– ciones, por haberlas consumido en contínuas refriegas defendiendo aquel imp'ortante aisento con imponderable esfuerzo, el mucho tiem– po que le tuvo cercado aquel enemigo, faltándole bastimentos y so– corros, y sin poderse reparar de una herida de lanza en la boca, que se le ha hecho incurable. Aquí pudiera hacerse una difusa relacion de la advertida conducta de este buen oficial, la importante defensa que hizo, y que con ella ayudó mucho á la de esta ciudad, detenien– do y embarazando la union del ejército de Diego con el de José Gabriel, hasta ponerle tambien en fuga, sin lograr los designios de apoderarse de Pancartambo; acompañó y sirvió con honor el sar– gento mayor D. Francisco Celorio en todos los sucesos de esta gue– rra. Llamó al mismo tiempo de la provincia de Cotabambas, insul– tada nuevamente de los jefes que seguían la rebelion, y aunque sus curas defendían, como lo hicieron ántes, con sus feligreses las irrupciones del enemigo con pocas armas, se les auxilió con algunas, y embarazaron cundiese por aquella parte la internacion que pre-

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