La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
130 INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco tado de su propio honor y del deseo de satisfacer la confianza, lle– gó á la quebrada de Pisac, y queriendo reconocer personalmente la mejor situación que podía tomar su tropa miéntras guarnecia los altos, Pumacalma se adelantó con su hermano D. Pedro Gutierrez y nueve hombres, y en un desfiladero se halló sorprendido de una emboscada de indios, donde fueron muertos; cuya desgracia, adver– tida luégo por el segundo comandante D. Juan Martinez, capitan del regimiento de infantería de esta ciudad, le obligó á mantener toda la noche sobre las armas la gente de su mando, y al dia siguiente, 26 de Enero de 781, reconociendo hallarse ya en las cumbres el ca– cique Pumacalma con sus indios, acometió al enemigo y' le desba– rató enteramente, llenando la campaña de más de seiscientos cadá– veres, habiendo muerto sólo de los nuestros el jefe Gutierrez, con su hermano D. Pedro y once soldados, inclusos dos indios; y espar– ciéndose por las quebradas y eminentes cerros los rebeldes, se re– tiraron nuestras tropas y Pumacalma al pueblo de Urubamba, sin seguir hasta nueva órden el destino de pasar á incorporarse con las que se hallaban prevenidas en Pancartambo. Mandó el comandante Aviiés pasase luégo á tomar á su cargo esta expedicion el tenien te coronel de ejército D. Manuel de Villalta, quien llegó al pueblo de Urubamba, y conociendo necesitarse para ello algunas providencias que le faltaban, las consultó y pidió, manteniendo en descanso la tropa; pero como la que esperaba en Pancartambo, la reunion lle– gó á entender el retiro, tomó la resolucion de hacer sola por sí re– conocimiento de los altos del pueblo de Calca, y bajar al de Urcos, en cuyo tránsito salió D. Rafael de Castilla, eclesiástico, á preve– nirles la celada que les tenía dispuesta Diego Tupac Amaro; con cuya noticia, el comandante D. Pedro Astete hizo que tomase su gen– te las alturas, donde le acometió Diego Tupac Amaro con crecida tropa, y sostuvo contra éste un cruel ataque, y despues pasó por aquel puente, para venir, como lo hizo, á esta ciudad; lo que obligó á darse órden para que se retirase tambien la de Urubamba, con el jefe Villalta y los indios de estas parroquias. Una y otra tropa tuvo órden de juntarse y unirse en el prado nombrado Santotis, le– gua y media de esta ciudad, donde se les pasó revista; y separando de ambas la gente que pareció conveniente fara formar una respe– table columna, se incorporó con ella la caballería ligera del coronel Allende y alguna tropa de fusileros del regimiento de infantería de esta ciudad, y los indios de sus parroquias, para que pasasen al pa– raje nombrado Yanacocha y Sullomayo, donde se iban juntando los enemigos, segun la noticia comunicada por el capitan de caballería D. Isidro de Ascona, que estaba de observación. Diósele el comando á D. Joaquín Valcárcel y á su segundo el coronel D. Isidro Guisa-
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