La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco 131 sola, á quienes acompañó .el capitan D. José Oliva y D. Bernardo de Lamadrid, á que debió unírseles tambien la tropa de Paruro, que no lo pudo verificar; y habiendo reconocido aquellos parajes, se halla– ron con mucho número de enemigos, á los que batieron y desba– rataron, quitándoles los bastimentos y forrajes que habían ido jun– tando, hasta que fugitivos desampararon sus sitios. Y habiendo per– manecido allí desde 13 de Febrero de 781, tuvo órden de retirarse la columna el 23, para esta ciudad, y que la caballería de Allende acampase en la pradería de Andaguailillas, para impedir bajasen los enemigos á insultar aquel y demas pueblos de la quebrada de Quis– picanche; y en los encuentros y feliz éxito de esta columna con los enemigos, se señalaron los comandantes y los capitanes Oliva y La– madrid, que fueron destinados á partes escabrosas, en que manifes– taron conducta y valor. Como era crecido el número de los rebel– des que se mantenian y juntaban de las dilatadas punas y estancias del contorno de Urubamba, Calca y Pancartambo, se hizo preciso repetir provincias al reparo de sus acometimientos, y embarazar la bajada· á los pueblos de las quebradas, y se juntó tropa de ellos, que se puso al comando de su coronel D. Isidro de la Paz, y del teniente coronel D. Bartolomé de Figueroa, quienes hicieron algunas· corre– rías· contra aquellos enemigos con felices efectos, quedando siempre guarnecidos los. mismos pueblos, principalmente los de Calca, Pisac y Lamay, que eran los más acosados, de que cuidó bien el mismo Paz, que los defendió despues, cumpliendo sus obligaciones, tenién– dose igual cuidado .en fortalecer y resguardar el grande valle nom– brado Villcabamba, situado á la entrada de los infieles, con la misma gente que lo habitaba, encargada su defensa á D. Manuel Rolando y D. José Barrios, que miraron y defendieron la internacion de los rebeldes. Socorrióse tambien con algunas armas la provincia de Pa– ruro, adonde se .asomaban mucho por diversas partes los rebeldes, con el fin de · alterar y seducir los pueblos, que á todo atendía el comandante general Avilés, con cuyas acertadas providencias con– siguió mantener defendidos nuestros frentes, miéntras llegaba el ma– riscal de campo, con la gente y armas de Lima; y fué muy parti– cular el celo y cuidado que tuvo en resguardar los puentes del gran rio de Apurima, para el tránsito. Aunque la estacion de aguas ofre– cia embarazos para conducirse la tropa, y su número dificultaba los bagajes, el empeño de tan superior jefe y autorizada persona del vi– sitador, facilitaron el trasporte, y entrando por la ciudad de Gua– manga, aumentaron doséientos hombres más de aquel país, que re– clutaron los capitanes de ejército D. Francisco Cuella, gobernador del Asiento de Castro Vireina y D. José Leon, corregidor de la pro– vincia de Andaraes; los- que los tomaron á su mando y costearon
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx