La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco 133 hacer su retirada los rebeldes, y se confió al mando del sargento mayor de ejército D. Joaquín Valcárcel, y al Marqués de Rocafuer– te, componiéndose de alguna tropa de caballería de esta ciudad, doscientos hombres de Andaguailas, ciento de Urubamba, y del re– gimiento de dragones de Aimaraes, al cargo de su coronel D. José Alvarez Cavero; á que acompañaron los indios fieles de Maras, de la provincia de Urubamba, con sus buenos caciques D. Agustín y D. Lúcas Nuñez, que desempeñaron en esta y en otras ocasiones su obligacion, y nombró, para que acompañasen á esta columna, al capitan D. José Oliva, con el grado de teniente coronel, por sus buenos y continuados servicios .Tomadas estas bien premeditadas prevenciones, se verificó la salida del General con todo el ejército, el dia 9 de Marzo de 781, en solicitud del rebelde que se hallaba con el suyo entre los pueblos de Tungasuca y Tinta; y llevando el mando de las columnas el coronel de ejércitio D. Gabriel de Avi– lés, el teniente coronel don Manuel de Villalta y el teniente coro– nel D. Juan Manuel de Campero, tomó la de éste la quebrada de Ureas, á salir al pueblo de Quiquisana, y las demas á los altos que se nominan Yanacocha y Pucacasa, llevando por mayor general á D. ~rancisco Cuellar, que vino con las compañías de Guamanga. El horroroso empeño con que hasta entónces habían servido á V. M. los vecinos patricios y forasteros se manifestó de nuevo, ofre– ciéndose los que no tenían señalado destino á seguir de voluntarios el ejército, en que se distinguían el coronel D. Matías Baulen, que estando provisto de corregidor de esta ciudad, omitió posesionarse en este empleo por este ventajoso servicio, don José Antonio de Vivar, t~bien provisto al gobierno de Cailloma. El teniente coro– nel D. Pablo Astete, el coronel agregado á la caballería ligera D. José Pimentel, que sirvió despues de ayudante de campo del ge– neral D. Lorenzo Perez Lechuga, y el sargento mayor D. Francisco Lelorio, que había servido en la guerra de Pancartambo, el tenien– te coronel D. Francisco Picoaga y D. Martín de Concha, que fueron ántes ayudantes de campo del comandante Avilés, D. Gabriel An– tolin de Ugarte, D. Luis y D. José María Mendieta, hermanos y D. José Calvo y Antequera, incorporados estos cuatro en la tropa de Abancay; D. Mariano Peralta, D. Ramon Troconis, D. Bernardo de Lamadrid con otros muchos aventureros. Esta ciudad, que debía guardarse con cuidadosa atencion, quedó bajo del superior mando del visitador general y del ministro oidor D. Benito de la Mata Li– nares, y para su resguardo se dejaron doscientos hombres de cuar– tel de los milicianos de Lima y Guamangua al comando del capitan de ejército D. José de Lean, con las <lemas compañías de los dos
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