La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

138 INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco tos de las más fieles operaciones de esta ciudad, de que vivió satis-: fecho, como lo estuvo recíprocamente el vecindario de la sagacidad y prudente conducta de su manejo. El ejército, siguiendo las dis– posiciones de su advertido y experimentado general, llegó hasta la villa de Puno, resistiendo muchas ventajosas funciones, en que se derramó bastante sangre, tranquilizando los pueblos, empeñado á perseguir á Diego Tupac Amaro y sus dos sobrinos Mariano y An– dres, que corrían con los partidarios que tenían los extraviados ca– minos y rumbos que les convenían. Y no pudiendo ya nuestro ejér– cito seguir adelante por muchas incomodidades que padeció la tro– pa, la crecida desercion que hubo, y la estacion que impedía el per– manecer en aquellos parajes, tomó la resolucion de volver á esta ciudad á tomar cuarteles para su reparo, y sacando de la misma vi– lla de Puno sus habitantes para que no quedasen expuestos al ri– gor de aquel inhumano .enemigo, se condujo con todos, y llegó aquí el dia 4 de Julio de 781. Consultados sus asuntos el General maris– cal de campo y el visitador, resolvió éste restituirse á la ciudad de Lima, donde le llevaban los graves negocios de su ministerio, co– mo oidor ministro, quedando el total mando al cargo y cuidado del mariscal de campo, y manteniendo éste á su lado al coronel D. Ga– briel de Avilés, extendían sus atenciones á extender muchas efi– caces disposiciones y órdenes para asegurar la quietud de los pue– blos, y contener los frentes del rio Villcamayo, que se hallaban sin reducir, y principalmente los indios habitantes de las grandes pu– nas, de la cordillera de Ausangate y Lauramaca, de la provincia de Quispicanche. Llegó á este tiempo el corregidor para ella D. Rai– mundo de Necochea, sujeto de la mayor actividad, valor y pruden– te conducta, que haciéndose cargo de la comandancia de ella y se– guridad de sus puentes, se le ofrecieron algunos acaecimientos, sa– liendo á perseguir los rebeldes por la parte de Ureas y Quiquija– na, en que tuvo felices sucesos, con los que contuvo á los rebeldes y triunfó siempre de ello en las sucesivas ocasiones que se le pro– porcionaron; pero como se continuaba la permanente perfidia de los · que habitaban sobre las punas de Calca, se llegó á entender habían hecho una fuerte trinchera en el paraje nombrado Chanaycasa, don– de se acogían y depositaban los bastimentas que robaban en la Que– brada, y dispuso luégo el General una expedicion, compuesta de 400 hombres, los 200 de fusil de la tropa de Lima y los otros 200 de r ejon ó lanza, del regimiento de infantería de esta plaza, que los entregó al mando del teniente de ejército D. José de Barela, á quien acompañó el sargento mayor D. Bernabé de Villavicencio, y pasan– do este cuerpo de tropa al pueblo de Calca, donde se abasteció, mar-

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