La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
INFORME RELACIONADO DEL CABILDO DEL Cuzco 141 corregidores en ofensa de la superior determinacion del Virey y de la Real palabra con que se afianzaba, concediéndosele como lo pe– dia, y se redujeron á bajar al pueblo de Sicuani, que se aplazó para µna solemne absolucion de sus criminosas culpas y enormes delitos. El General se resolvió á pasar á la conclusion de este acto, y dejan– do el reparo de esta ciudad y sus provincias á su conocido coman– dante D. Gabriel de Avilés, se puso en marcha, y se ofreció á acom– pañarle, como lo hizo, el reverendo Obispo, deseoso de ver si su pas– toral representacion y respeto conseguía la reduccion de estas per– didas ovejas, y que á su ejemplo lo hiciesen los secuaces que t~nian en los términos del Callao; llevó el General nueva tropa au– mentada de las provincias de Guanta, Lucanaz y Parinacochas, con la que habia descansado de la anterior expedicion, y la que tenía Balcárcel en Guaraypata, y en el citado pueblo de Sicuani se verifi– có el presentarse Diego Tupac Amaro, que fué p~rdonado, hacien– do caucion por sus dos sobrinos que demoraron su venida, y ha– biendo hecho el debido juramento de fidelidad con todas las <le– mas precisas prevenciones que constarán en la actuacion, se res– tituyó el reverendo Obispo á esta ciudad y el coronel D. Matías Bau– len á posesionarse en el empleo de corregidor de ella, y determinó el General seguir con el ejército á pacificar aquellas provincias ha~ta las inmediaciones de la ciudad de la Paz, llevando consigo á aquel renovado vasallo, y sin embargo de la reduccion de éste, se man– tuvieron tenaces muchos de los rebeldes secuaces suyos con sus co– mandantes y cabezas, que haciéndose fuertes en los cerros y para– jes escabrosos, fueron batidos y presos, por la constante fatiga y empeño del General mariscal de campo, que hizo justicia de mu– chos á presencia del mismo Diego Tupac Amaro, y entre ellos, los más alentados caudillos Cárlos Puma Catari, Pedro Villca, Apasa, Alejandro Callisaya y otros, con lo que avistándose el General en el pueblo de Ancora11yus, provincia de Omasuyos, con el presidente de Chuquisaca D. Ignacio Flores, que mandaba las armas de aquel dis– trito, acordaron los graves negocios de la pacificacion de todas las provincias de ambos vireinatos, y los medios de tenerlas guarne– cidas, hasta reducirlas á la más segura tranquilidad y obediencia. Miéntras duraron equellas precisas estaciones del ejército, se man– tuvieron esta ciudad y sus provincias sujetas al advertido mando del comandante Avilés, sin que se ofreciese novedad en ellas, y só– lo los habitantes del partido de Lauramarca y cordillera de Ansau– gate seguían en su obstinacion por mantenerse en la posesion de los ganados que habian robado de las haciendas de españoles, y es– condido en los escabrosos cerros de la cordillera, sin que los pudie-
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