La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

142 lNFORr\/fE RELACIONADO DEL CABIJ.,DO DEL Cuzco se acabar de reducir la activa eficaz diligencia del corregidor Ne– colchea, lo que obligó al General mariscal de campo, en su regreso en el ejército, á transitar por alguna parte de aquellas desapacibles situaciones, y reconocer el partido de :pancartambo, y consiguió alla– nar á mucho~ de los habitantes rebeldes, que ofrecieron restituir los ganados, con lo que verificó su entrada colmado de triunfos el dia 4 de Agosto de 782, trayendo consigo al indultado Diego Tupac Ama– ro. Descansadas las tropas que volvieron de esta segunda expedi– cion, fueron despedidas para que se restituyesen á sus territorios, ba&tando ya aquí las propias de esta ciudad con las auxiliares de Lima, y algunas de las provincias inmediatas para su resguardo, y los destacamentos que se han considerado preéisos en algunos pa– rajes de toda la frontera del mencionado río Vilcamayo, que du– ran hasta el presente, sin embargo de la tranquilidad. Deseaba el mariscal de campo reconocer personalmente los pueblos de la Que– brada de Calca para advertir sus reparos, por las muchas entradas que habían hecho en ellos los rebeldes de sus altos, y al mismo tiempo concededes el perdon que muchos de ellos solicitaban, y determinó pasar á esta conveniente diligencia, llevando de escolta– el regimiento de caballería ligera de Allende. Pero se le desva– necieron eus deseos, porque en la primera jornada que hizo en el sitio nombrado Paullo, se sintió gravemente enfermo, y fué preci– so se restituyese en hombros ajenos á esta ciudad, donde falleció el dia 4 de Setiembre, y quedando el mando de las armas, como es– tuvo án tes, al cargo y cuidado del coronel Avilés, practicó éste aquella prevenida disposicion, pasando al pueblo de Cale~, y de– jó contootos y apercibidos á los indios, que se congregaron al per– don, con advertidos encargos á los curas y á la tropa de guarni– cion, que estaba alli al mando del coronel de aquella provincia D. Isidro de Paz, quien ha cumplido y desempeñado su obligacion.' Noticioso el Virey del fallecimiento del mariscal de campo, encar– gó de nuevo el mando general de las armas á su antiguo coman– dante el mismo Avilés, que acostumbrado á los aciertos, fueron sucesivos en él, debiéndose á su celoso empeño el cumplimiento de la tranquilidad y quietud que hoy goza, como se dirá. Supo y ob– servó este comandante que habiendo tomado Diego Tupac Amaro y sus sobrinos Mariano y Andres por situacion y residencia el pue– blo de Sicuani y el de Tungasuca su antigua habitacion y su her– mano Josef Gabriel, donde fué el trágico suceso con que empe– zó el rebelion, eran visitados de gentes forasteras y de las circun– vecinas que le prestaban obediencia, le denominaban su goberna– dor con el nombre de Inga, que las admitía y daba providencias, co·

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