La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
RELACIÓN DEL Cuzco 163 para llevar al mayor punto su grandeza, parece que crecían por gra– dos. Los que hizo Colon sorprendieron al mundo; los de Cortes, des– pertaron la envidia de las naciones que no los hizieron; los de Pi– zarra pusieron el ultimo termino a la admiracion del Universo. La situacion actual del Cuzco excita la compasion de los que creen que camina a grandes pasos a su ruina. Me ha parecido que no se debia juzgar asi de su presente estado. Aunque por mi naci– miento no soi hijo suyo, he habitado muchos años esta Ciudad, y he adquirido de su 20 constitucion, el conocimiento que basta para ad– vertir en ella los restos preciosos de magnificencia que conserva El nuevo establecimiento de su Real Audiencia se los vá a au– mentar y realzar. Expongo pues el explendor que esto le trahe: di– go como ilustran las Audiencias Reales: pondero la índole de la re– compensa con que el Rey paga la fidelidad de esta Ciudad, nada conmovida con la inquietud lamentable de sus Provincias. Paso a dar idea de las fiestas: desciendo a especificarlas; a ma– nifestar su pompa, el regocijo con que el nuevo Senado ha sido ad– mitido, y la satisfaccion con que creo se hallan sus espectables Mi– nistros. Mesclo en todas partes las especies eruditas qua parecen del caso: apunto brevemente el origen de aquellos espectaculos que se dieron, sus progresos en el mundo, y la aceptacion que hoy tie– nen ó no tienen en las naciones cultas. Añado reflexiones que pare– ceran naturales en la boca de los que introduzco haziendolas, para suavizar la aridez que dexan en el espíritu esas puras descripcio– nes, que mas parecen embeleso de la imaginativa Estas se diversifican en lo posible; y se añaden, como por bor– dadura de su contexto, las que en casos semejantes han hecho al– gunos Poetas Latinos, que agradaran 21 a los que hallan gusto en este idioma de los sabios. Se ingiere tal vez algun punto de Física que amenize la narracion, ó de 'critica que no punze; y sin llegar a la moralidad de las costumbres,que no es de mi resorte, hay t al qual invectiva contra 22 aquellos dislates, que combaten a la juiciosidad. Si acaso para los Sabios no fueren de agrado estas, y las referidas especies, dexenlas allí para los que no lo son; para los que no leen los Libros en que ellos se instruyen; para los que no tienen presen– te todo lo que han leido; y para los de menores luces. Con estos me entiendo; y no ofresco mi Escrito al sobrecejo. 20. ms. ff. 9v. 21. ms. ff. 10. 22 . Entre lineas la palabra subrayada, y borrada la preposición de.
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