La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

164 RELACIÓN DEL Cuzco Sé que aún 23 en este tan ilustrado, como delicado siglo, no se desprecian esas obras que abundan de esta provision, como la apti– tud, y la oportuna distribucion, las ponga a cubierto de la enfadosa nota de Rapsodias. Creere que mi Escrito meresca esta dura nota, quando se me haga ver que las que trahigo, no tienen afinidad al– ¿una con el texido de la Relacion: que estan destituidas de toda re– flexion propia; y que no tienen mas enlaze que el de una acinacion fastidiosa. Ya ha dicho Bayle que las especies de otros Eruditos, pueden enriquecer las propias .como sean aptas las aplicaciones, se traben 24 con artificio los pensamientos que se adoptan, se cotejen y compa– ren unos con otros se concilien, se esclarescan, se ministren sin con– fusion, obscuridad, desgreño, ni desorden. Mui lexos esta el Plagio de ser conocido a este aspecto. Se sabe que solo lo hay, quando no se promueve la espede que se aprovecha, quando se oculta la ver– tiente en que se bebió y quando no se corona con agradecimiento la fuente. Es sin duda mas estimable publicar obras de esta clase, que no dar a luz sino los pensamientos propios. Estos sino son muy origi– nales, ó mui sublimes, quedan en esta esclarecida edad, en grado mui inferior a los que nos han producido y exhibido otros sabios. No hay menor talento en aplicar bien un pensamiento ageno, que en produ– cir uno propio. La 25 produccion primera se ha comparado ya al acto de la generacion; el arte de aplicarlo, es como la resurreccion. Despues de todo el que se resuelve á escribir, es preciso que ten– ga entendido, (como nos lo previene el discreto caballero Jaucourt) que no hay obra segura contra la amarga disp9sicion de los Lectores. No se buscan en las obras sino defectos, fáciles de hallar, en la nin– guna inmunidad concedida a los hombres, del error. Si la casualidad ofrece en una obra bellas ideas a los Lectores, no se tiene por ellas, la condescendencia 2 5 de perdonar algunos deslizes. Los de imagina– cion fuerte creen hallar pequeñezes en todo lo que no excede la gran– deza natural; los que la tienen flaca, juzgan que es hinchazon to– do lo que supera su capacidad. Los de literatura superficial tienen por singular y magnifico, todo lo que no pueden entender sin hazer esfuerzos. Juzgan otros de las obras, por lo que oyen de ellas. Tie– nen sus Heroes de literatura, de quienes ellos no son sino el eco. 23 . Borrada la palabra este. 24 . ms. ff. lOv. 25 . Tachada aqui la palabra produccion. 26 . ms. ff. 11.

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