La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

184 RELACIÓN DEL Cuzco A esta hermosura y variedad de habitantes añadia el Cuzco, la de sus edificios publicos tan admirables, la de sus muchos Tem– plos y Adoratorios: la necesidad de que sus Soberanos fuesen corona– dos en aquella Ciudad para ser reconocidos ligitimos Monarcas del Im– perio: la pompa con que se celebran estas Fiestas: y la inmensa ri– queza que contenía en su recinto. Todo el oro, plata y piedras pre– ciosas, las producciones raras de la naturaleza, la abundancia de frutos de su vasta dominacion, las telas finas que se texian, y quan– to tenia de noble, marabilloso, exquisito y precioso aquel Imperio, era precisamente llevado al Cuzco. Este era el deposito general de toda la grandeza. Se veían llenas sus calles de diestros Artífices que trabajaban sin cesar en oro y en plata. No era permitido que de la Ciudad saliese el oro ó la plata que una vez entraban en ella. Asi era un profundo golfo, que siempre devoraba, y jamas vomitaba las riquezas. Efectos eran de esta abundancia esas pompas 6I jamas vistas en otros Imperios con que eran celebrados los nacimientos de los He– rederos presuntivos de la Monarquía. Esa cadena de oro con que se celebró el de Guasear, hara siempre ruido en toda la posteridad. Esa promesa que hizo este infeliz Joven Rey para que se le libertase de la prision y tiranía con que lo trataba su perfido hermano Atahuall– pa, ofreciendo exceder en el triplo: lo que este se obligaba a dar a Pizarra en oro y plata; y esto sin tocar los tesoros de Altares y Tem– plos, supera quanto puede imaginar la mas alegre ó delirante fan– tasia. Este fue el Cuzco quando rindio dichosamente la cerviz a Espa– ña. Si como se dice no fueron sino diez y seis mil ducados, los que el Rey Don Fernando el 5Q dio a Colon para abrir la primera puer– ta de estas conquistas, que semilla mas fecunda de riquezas? Ya un Presidente 62 del Consejo Real de Hazienda confeso en Madrid pu– blicamente que en los primeros setenta años de solo el celebre Po– tosí se habían llevado registrados a España docientos millones de pesos fuertes, sin contar cien millones mas que se computaban ha– ber ido por alto; y que una sola Armada azia (sic) el año de 1602 llevo del Peru veinte y cinco millones de pesos en plata y oro. Con razon el moderno Escocés Robertzon en su reciente historia de la America que cita el Abate Lampillas, (28) dice hablando del Peru, 61 . ms. ff. 26. 62. Tachada la palabra della. (28) Apolog. de la literat. esp. tom. 3. disert. 3.5. (pp. 30, nota 1, ed. 1795).

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