La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

RELACIÓN DEL Cuzco 189 zaran aquel culto, que es el unico que vino a enseñar al mundo el Verbo Encarnado. La Fe que se veia como ahogada en las Regio– nes que la promovieron, por los insultos que en el siglo 16 la hizie– ron tantos Heresiarcas, buscaba ensanches para respirar; y Maria Santisima con su estimabilísima Descension 71 se los proporciona en la America, tales, quales nunca podia excogitar el ingenio de mas alcanzes. Diga el mas encapricha.do por sus marabillas domésticas, si hay 72 dignacion que iguale a esta. Viva el Cuzco agradecido a este inefable favor. Viva con la glo– ria de que esta Ciudad se santificó con la visible presencia de la Reina de los cielos; y siempre que sus Moradores lleguen a aquel sa– grado sitio en que se hizo espectable la Madre de Dios, poseanse 73 de aquel horror santo que infunden los Lugares que han sido como peaña de sus pies. Tibios parecen hasta aqui todos los obsequios que a tanta beneficencia se tributan. Su Oficio pedia toda la solemni– dad de los mayores. El día debia ser de los mas festivos; como si al llegar 'cada año, se dixera: este es el dia que habeis de celebrar co– mo el monumento mas solemne de lo que habeis recibido, y con memoria eterna para todas vuestras generaciones. (30) Es ingrati– tud ver otras Iglesias en dias de inferior interes, llenas de la multi– tud de los Fieles, adornadas con pon1pa que agota toda la magnifi– cencia de estos paises, iluminadas con la mayor profusion, resonan– do el aire con repiques y salvas; y en un dia como el de la Descen– sion de Maria Santisima a favorecer a los Christianos afligidos que le iban a abrir campo para que aqui fuese adorado su Hijo Santi– simo, no se vea quien condecore su Templo y sus Aras, ni se acuer– de que las demas devociones no han de ser superiores a esta. Estado presente de la Ciudad del Cuzco Los estragos que causaron las ultimas guerras de Indios y Es– pañoles poco antes de la pacificacion; y los que tanto se multipli– caron por las funestisimas discordias que al principio de aquella do– minacion fomentaron entre si mismos los Españoles conquistadores, debilitaron mucho la grandeza de aquella Ciudad. Pero nada tanto, como la fundacion de Lima . Don 'Francisco Pizarra, y otros que adoptaron su dictamen, pensaron para situarse establemente mudar 71. Tachada la P.reposición de. 72. Tachada la silaba in. 73. ms. ff. 29v. (30) Habebitus autem hunc diem in monumentum: et celebrabitis eum solemnem Domino in generationibus vestris cultu sempiterno. Exodi 12. (pp. 36, nota 1, ed. 1795).

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