La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
194 RELACIÓN DEL Cuzco jos, ellos no pueden formar sino un vil Populacho sin educacion, sin bienes, ni profesion. La extrema libertad en que viven los dexa sin principios, sin regla, sin moderacion. Si se les dexa en abandono, son llevados a los mayores excesos. Que desgracia pues llegar por aquellos vergonzosos empeños a cubrir la tierra de Ciudadanos infor– tunados que acaban sin poder tener alianza honorifica: quando si sus Padres la hubieran tenido por el enlaze santo del matrimonio, hu– bieran dexado sucesores dignos de sus Personas y de sus Casas! Sucede muchas veces que una pasion de estas llega a hazer ya legitima la union que antes no pasaba de infame pero tolerada. En– tonces los hijos ó se legitimaron ó de nuevo nacieron, traben al mun– do escrita sobre sus frentes la deshonra de la Madre. Nadie los de– sea para alianzas ilustres; y aun quando el tiempo borra parte de su deshonor jamas queda abolida en la memoria de los venideros la mancha de la extraccion. Asi sigue siempre en diminucion la cla– se primera de la nobleza, las 84 Casas sin propagacion, y la fecundi– dad que debía ser suerte de lo ilustre, pasa a servir solamente de aumento a los inferiores grados de la sociedad. El Cuzco en verdad es hoy de considerable poblacion, que aun– que muchos menos numerosa que la de los tiempos vecinos a la con– quista y primera pacificacion, es suficiente para que los Individuos que hoy lo habitan, formen la segunda Ciudad del Peru. Un mo– derno Ingles Anonimo que asegura haber reconocido estos Paises, y cuya historia se nos ha dado traducida en Italiano impresion de Ve– necia en 1763 dice que el Cuzco tiene quarenta mil habitantes de todas clases. No me parece que vaya distante de la verdad. Por los registros mostuorios que ha solicitado, aunque desde luego no me han venido con la mayor exactitud, reconosco que los muertos de un año llegan a mil y ochocientos. Sin dificultad los quinientos no son de los habitantes de la Ciudad, sino de toda la comarca vecina; pues no habiendo en ella Hospitales vienen a lograr muchos la comodi– dad de curarse en los del Cuzco. Debemos pues asignarle al Cuzco los mil y trescientos. Segun el calculo hoy recibido y practicado en las Ciudades cultas de Europa, se computa que a un muerto corres– ponden treinta y dos vivos. Corresponderan pues a los mil y tre– cientos muertos, quarenta y un mil y seiscientos vivos en el Cuzco. Todos componen quatro clases. La primera es la de la nobleza mas conocida, reducida en verdad a mui pocas Familias. La segunda es de los que no tocan aquella primera clase; pero que incluye Per– sonas de honor, lucimiento, comodidades, enlaces de estimacion, y 84. ff. 33.
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