La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

412 ESTADO DEL PERÚ victoria del rendido, en señal del Real Perdón, les batía la bandera, y gozaban de su libertad. Triunfen victoriosos los Aurelianos, ostenten sus grandezas los Césares, hagan tirar sus carros triunfales los Pompeyos, los Marco Antonios, y ciñan sus gloriosas sienes las varias coronas, por la di– versidad de sus victorias; mas saliendo también a campaña las vic– torias y triunfos de Vuestra Señoría Ilustrísima, aún en igual com– petencia. parece que, con mayor heroicidad y energía, se llevan las palmas y laureles; porque los que hacen correr veloces las ruedas del carro triunfal de Vuestra Señoría Ilustrísima no son ciervos, ele– fantes y leones, sino tres amorosos pelícanos, tres mansas palomas, y al que éstos guía o gobierna es un corazón alado de fuego, o con alas de fuego, como quieren los Setenta, y por corona este lema: amor meus pondus meum, vivos símbolos del amor y caridad, con que Vuestra Señoría Ilustrísima dió avance a los endureddos y obs– tinados Rebelados (18). Y aquel, en grado más heroico, se lleva la ventaja, quien triunfa de su enemigo sin perderlo, lo rinde sin aca– barlo, que es prueba de pecho más generoso y noble; porque con es~ ilustre hazaña queda el contendor desarmado de sus venganzas, desecho de sus rencores, y abatido de su propia humildad y rendi– miento. Así lo practicó Vuestra Señoría Ilustrísima, pues marchó al campo del Rebelde y sus seducidas tropas, a bregar con ellos ven– cedor; :tao a fuego y sangre, no a pólvora y balas, no a consumirlos sino a preservarlos con el perdón del indulto general impetrado, sien– do sus mayores agentes y comandantes generales, en toda esta pa– lestra, su amor y caridad, según testifican las innegables pruebas que parecen en este corto recinto de mi informe conferencia!. Asiento, pues, por final conclusión de que Vuestra Señoría Ilus– trísima es el quien se ha llevado la ventaja, en grado más heroico, entre tantos gloriosos y triunfantes atletas, que ha fecundado benig– na la amorosa América, siendo sus pruebas los triunfos que Vuestra Señoría Ilustrísima ha conseguido, según lo decanta el tiempo con sus experiencias. Pues han quedado los principales traidores y to– da su dilatada comarca, con esta noble e ilustre acción de Vuestra Señoría .Ilustrísima, rendidos con reconocimiento, vencidos con agra– decimiento, y reducidos con humildad, y un total vasallaje a la más Augusta, Sacra y Real Majestad de España. (18) Por auto mandó Su Ilustrísima que en la Santa Iglesia Cate– dral y en todas las demás, .sin excepción, después de la misa mayor, la cual se decia, patente la Augusta Majestad Sacramentada, se dijesen las letanias mayores. Y estando corriendo esta diligencia· con Dios, se faci– litó el perdón (el Indulto General), y con esto se allanó todo hasta ahora.

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