La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
10 REPRESENTACION DE LA CIUDAD DEL Cuzco que tan léjos están de dar habilitacion á los que la necesitan, que cuando ocurren á sacar repartimiento algunos que no tengan cono– cidos bienes, se les escasea y niega, y sólo se les obliga y empeña á los que los tienen con el fin de quitárselos, y los que son pobres por haberles destruido los corregidores, quedan libres ó exentos y en quietud en sus retiros. 22. Ya se habrá comprendido en este modo de proceder cuán desmedidamente faltan á la prevencion cautelada de que pusiesen aranceles para que fuesen notorios los efectos y los precios, y que IfO hubiese excesos en uno ni otro, y cuánto desprecio han hecho de las penas impuestas, que hasta aquí no se han verificado en ningu– no, ni mediado denuncias del delito, de que se pudiera esperar la correccion para el escarmiento y el útil del Real interes en la con– tribucion del mayor importe de la cantidad asignada, cuyo dolo de– biera castigarse severamente, pues crece la culpa cuando se atiende al objeto que se comete. 23. Conocido por los vecinos indios y mestizos de los pueblos que por la posibilidad de bienes se les mide la cantidad del repar– timiento, dejan de aumentar sus sementeras, omiten las crías de sus ganados, y procuran ocultar éstos, fingiendo arrendamientos de per– sonas de algun respeto, cuya diligencia les sirve de pension de ocul– tar al que les guarda el secreto de pertenecerle el ganado, y muchos les faltan á la confianza por adular al corregidor, por lo que ni cui– dan de fabricar sus casas, ántes al contrario, todo el empeño le po– nen en disminuirse, y así la casa que se arruina, la reducen á una choza, y se observa por esto que no hay al presente pueblo alguno que no tenga un tercio de sus casas deshechas y despobladas, y sin duda se verá su desolacion si no se pone reparo á éste y los demas daños. 24. Pero todavía el dar los corregidores los efectos con tantos visos en el modo y la substancia, es menor agravio que el que prac– tican en su cobranza, pues en esta proceden tan violentamente, que sin guardar tiempo ni dar más espera que la que tardan en formar el cuaderno al cobrador, empieza éste á practicar su comision y es– tablece las contribuciones por semanas, que hace efectuar en dine– ros ó prision del deudor, remate de sus bienes y exterminio total aún de sus pobres y reducidas habitaciones. 25. Los provincianos, viéndose agravados del efecto que no ne– cesitan ni solicitan, intentan valerse de él para ayudarse á la paga, Y pasan á la capital y otros parajes á venderle; y aquí empieza su
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