La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

436 INFORME SOBRE LAS CAUSAS DE LA SUBLEVACIÓN DE 1781 Y por lo perteneciente al Fuero contencioso, lo pueden encar– gar o delegar muy bien a los Provisores o Vicarios Episcopales que elijan, pues los hay en las más de las Diócesis hábiles y facultati– vos en el derecho de los Pontífices y de los Césares; con tal que así a éstos, como a los Fiscales, Secretarios de Cámara y Notarios Ecle– siásticos, asignen los prelados de sus mismas rentas (puesto están en aquellas partes, muy bien rentadas las Mitras), el salario u ho– norario correspondiente, para que juzguen los pleitos, concedan lo indispensable, den los títulos de Ordenes, Curatos y Vicarias, y las Licencias de celebrar, confesar, etc. todo gratis, como lo ordena el Santo Concilio de Trento; sin que sobre esto se les deba admitir ale– gación en contrario, porque fueran de ser ésta una obligación, tie– nen ejemplares conformes en los mencionados dignos prelados, don Manuel Abad Illana, don Manuel Antonio de la Torre, y el actual ejemplarísimo Reverendo Arzobispo de La Plata, don Fray José An– tonio de San Alberto, a todos los cuales tuve el estimable honor de tratar, y el gusto de verles poner en práctica este deber tan cano– nizado. Pero me resta hacer presente a Vuestra Señoría Ilustrísima, so– bre mi conciencia y honor que en el referido asunto de la propues– ta elección de prelados en los sujetos establecidos ya o naturales de América no discurro, con toda mi experiencia, medio alguno de evi– tar el escollo de los informes o siniestros o sobreexcesivos que na– vegan de allá para acá, acerca de las prendas, méritos y circunstan– cias que supone, acaso por particulares respetos o intereses, en los que desean recaiga dicha elección. Puedo decir sin exageración a a Vuestra Señoría Ilustrísima, supe que algunos eran, no sólo abul– tados, sino de puro bulto. Como no se esté a lo que Su Majestad ha mandado dar, cada quinquenio, sino me engaño, a los mismos Obis– pos de aquellas partes, de la conducta, circunstancia y mérito de todos los clérigos súbditos; y que se esté solamente a dicho informe episcopal, no alcanzó cómo se pueda discernir entre lepra y lepra. Quédame sin embargo el consuelo, de que a la alta sabiduría, se– ria circunspección, penetración y prudencia de su Real Supremo Con– sejo y Cámara de Indias, no se ocultará el medio más oportuno, así para consultar a Su Majestad, sujetos de obtener dignamente las Mitras, como de las mercedes, las prebendas y canonjías de aque– llas iglesias catedrales. Mas, en cuanto a los que conviene, se dis– pensen estas mercedes y prebendas; parece se destinan ya para ser– virlas aquellos presbíteros que sobre otros méritos tengan el de ha– ber sido curas mucho tiempo.

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