La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

474 LA VERDAD DESNUDA 23.-Al mismo tiempo que Don Antonio de Arriaga dirigió el recurso de fuerza referido, remitió también a vuestro Virrey, con los correspondientes informes según se apuntó, dos testimonios que comprobaban el uno los ultrajes inferidos a su Juzgado y a su per– sona por el Reverendo Obispo y sus Comisionados en la causa re– lacionada, solicitando el desagravio, y el otro, no sólo la viciosa con– ducta del Cura de Coporaque Don Vicente de la Puente, sino tam– bién los horrorosos escándalos y extorsiones que hacía sufrir a sus feligreses, pidiendo se le separase de aquel Curato; porque si no con su genio díscolo e inquieto había de ocasionar muchos distur– bios, y desterraría de la Provincia el sosiego que disfrutaba. Igual representación hizo a Vuestro Visitador General con motivo de los disgustos que le ocasionó Puente en la revisita que practicó de su orden, haciéndole constar auténticamente que mediante esta opera– ción había adelantado el Corregidor vuestro Real Patrimonio, dan– do de aumento más de mil y quinientos tributarios; y que sin em– bargo de afectar un gran celo sobre este punto, aquel eclesiástico usurpaba una ingente cantidad a vuestro Real erario; porque liber– taba, viciosamente, de esta contribución más de cien indios anual– mente con pretexto de tenerlos ocupados en su servicio. Y ni en el Gobierno, ni en la revista se libró providencia alguna de satisfac– ción a vuestro Corregidor. 24.-También dirigió éste, entonces, a vuestro Virrey un infor– me reservado, en que estimulado de la fidelidad de buen vasallo, y celoso Ministro de Vuestra Majestad, representó; que según algu– nos avisos secretos que le habían dado personas de carácter, vues– tro Reverendo Obispo del Cuzco había tenido complicidad con el proyecto de sublevación que se maquinó en aquella ciudad a prin– c1p10s de este año, y que consiguientemente era traidor a la Coro– na, y enemigo de Vuestra Majestad. 25.-Para que no se desestimara una noticia tan interesante, bien lejos de valerse de papeles anónimos, como regularmente lo hacen los maliciosos detractores, firmó el informe, y estampó al principio de él, que defendería con la pluma y con la espada cuantas propo– siciones abrazaba; y asentado ésto, produjo unos fundamentos tan sólidos que constituían a lo menos semiplena probanza de su ver– dad. El principio fué la reflex~ón de que habiendo estádose anun– ·ciando la sublevación del Cuzco por pasquines sediciosos, en más de dos meses, no se publicó ni una censura contra sus autores, ni con– tra los ocultos traidores como deben hacerlo los Prelados en igua-

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