La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

478 LA VERDAD DESNUDA 35.-Pero ¿qmen creerá, Señor, que una tan justa y prudente determinación del Corregidor, que no tenía más objeto que man– tener en quietud la Provincia contra las intenciones de la Curia Eclesiástica, se graduase viciosa y atentada en este Gobierno? Pues así sucedió, sólo porque vuestro Reverendo Obispo informó sinies– tramente que había preso al Cura Alvarez (9); estimando por pri– sión la intimación del exhorto indicado. El informe del Obispo no trajo más comprobante que su dicho. La representación del Corre– gidor vino por nuestra mano acompañada de un oficio del mismo eclesiástico, que se suponía arrestado en que bien distante de pro– ducir quejas, daba cuenta a vuestro Virrey del suceso en iguales tér– minos que Don Antonio de Arriaga. Y con todo creyendo sobre su palabra al Obispo (cuya enemiga hacia él estaba tan declarada) des– preciando la verídica relación del Corregidor, le despachó una car– ta al Virrey reprendiendo con la mayor acrimonia su conducta, des– aprobándole cuanto había hecho y apercibiéndole con castigos; por– que parece que al paso que vuestro Corregidor no podía proceder con más juicio y moderación, se habían conspirado contra él los Tri– bunales; pues en lugar de auxiliarle, y sostenerle para la defensa de la justas causas de vuestro Real Servicio, que agitaba en cum– plimiento de su obligación, se ve, que unos se hacen sordos a sus clamores, y otros le reprenden y amenazan; lo cual es capaz de aca– rrear perniciosas consecuencias al Estado; porque ¿cuál Ministro que– rrá llenar sus deberes viendo que en lugar de premiar el mérito se castiga el celo? 36.-Esta carta no la recibió Don Antonio de Arriaga porque cuando llegó al Cuzco, ya sus enemigos habían conseguido su muer– te con la mayor alevosía y crueldad, como diremos. Pero estamos persuadidos a que si la hubiera recibido, hubiera sido seguramente instrumento aún más ejecutivo que aquel que le hizo rendir la vi– da; cuya tragedia según las relaciones que hasta ahora han llegado fue de este modo. 37.-José Gabriel Túpac Amaru, judicialmente declarado por des– cendiente de los Reyes Incas del Cuzco, y Cacique principal de los pueblos de Pampamarca, Tungasuca y Surimana de la provincia de Tinta, influído según se dice de los émulos de Don Antonio de Arria– ga, alevosamente sorprendió a éste en un camino la noche del día 4 de Noviembre antecedente, y bien asegurado con prisiones lo con- (9) Aqui padecieron equivocación; porque el eclesiástico que supusie– ron los curiales arrestado por el Corregidor fué Don José Calderon, según individualmente se explica en la representación que se pone como funda– mento de este manifiesto.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx