La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
LA VERDAD DESNUDA 481 gase plaza? (16) ¿O es en fin porque ves el empeño, con que a cos– ta de mi propio caudal, estoy defendiendo en los Superiores Tribu– nales tus derechos y los de tus compatriotas pretendiendo liberta– ros de las injustas, tiranas, contribuciones con que os aniquilan vuestros Curas con pretextos piadosos? Esto y algo más le diría, o le pudo decir el Corregidor, y siendo todos beneficos notorios, no alcanzamos cómo se atrevería Túpac Amaru a ejecutar, inhumano, una muerte tan dolorosa, no siendo por oculto, poderoso impulso, máxime sabiendo que le dijo: Vuestra merced muere inocente, pero es preciso que muera. 42.-No hay ejemplar hasta ahora de que en discordias de Corre– gidores y Curas, los indios hayan seguido el partido de aquéllos, si– no en la de Don Antonio de Arriaga con Don Vicente de la Puente. Declaman públicamente contra éste los vecinos de Yauri y Copora– que por las extorsiones que les irroga, con tal extremo de indigna– ción, que no dudaron sus feligreses decir públicamente que querían por Cura más bien al Demonio que a Puente; expresión a la ver– dad escandalosa, pero que explica bien el carácter y procederes de aquel eclesiástico. Y por el contrario manifestaron a favor del Co– rregidor, al mismo tiempo los sentimientos más sinceros de su gra– titud, viendo la protección que les dispensa para el remedio de sus padecimientos. 43.-Pocos Corregidores ha habido contra quienes, justa o injus– tamente, no se hayan quejado sus súbditos; pero contra Don Anto– nio de Arriaga ninguna querella ni demanda se hallará en estos Tri– bunales. Y esta reflexión con la antecedente hacen una prueba in– destructible de la justificación y equidad, con que supo conducirse nuestro hermano y tío para desvanecer cualquiera sospecha o cavi– lación que quiera inventarse contra su arreglo proceder; sin embar– go de que las mismas circunstancias de su muerte prestan idea ca– bal de que el proyecto no fué de indios, sino fraguado con el mayor maquiavelismo por personas de política más fina. 44.-Siempre que los indios se han conspirado contra sus corre– gidores se ha visto que tumultuariamente los invaden en su casa con incendios u otros violencias, y que en logrando su muerte se han tranquilizado. Pero, ¡ah, que distintamente sucedió en nuestro caso! Sorprenden a Don Antonio de Arriaga alevosamente y sin alboroto. Prenden también a traición dos amigos suyos que ninguna interven- (16) De los beneficios apuntados son testigos y sabedores cuantos vecinos tiene la provincia de Tinta.
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