La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
484 LA VERDAD DESNUDA circunstancias que hacen honrosa la rendición. Una de éstas es cuando prudentemente se consideran los citados imposibilitados de sostener los asaltos de los sitiadores; porque en tal caso la resisten– cia (estimada comúnmente por valor heroico) la gradúan muchos como temeridad. Don Antonio de Arriaga era soldado, y sabía su obligación. Peleaba solo contra un ejército de eclesiásticos acostum– brados a no dar cuartel, y empeñados en adelantar su Jurisdicción más allá de los límites que Vuestra Majestad tiene señalados en sus leyes a aquel Estado, llamando posesión la tolerancia de algunos J ue– ces Reales que les han permitido usurpar la vuestra. Conoció que, en tales circunstancias, no podía capitular honrosamente; y deseo– so de cortar un abuso tan perjudicial a vuestra Soberanía, antes que rendirse quiso con su muerte reprender la condescendencia de otros corregidores sobre este punto, y poner en arma a vuestro Ministro no sólo contra los invasores de vuestra Real Jurisdicción en las Amé– ricas, sino contra los traidores a Vuestra Majestad que hay ocultos en ellas. Por esta razón murió, como se ha dicho, perdiendo cuan– to tenía: luego Don Antonio de Arriaga sacrificó su vida y su cau– dal en vuestro Real servicio; luego su mérito es digno de aquel pre– mio destinado a los Oficales de vuestros ejércitos y armadas, que pelearon más heroicamente contra enemigos superiores de fuerza en una brecha o en un combate naval. 51.-Las desgracias y perjuicios que se han seguido y se están siguiendo, a Vuestra Majestad y al Estado, del atentado de Túpac Amaru son imponderables, según lo informaran estos magistrados por lo cual omitimos su relación. Nosotros estamos persuadidos que Don Antonio de Arriaga dirigiría a Vuestra Majestad igual infor– me que el que hizo este Gobierno sobre la complicidad de vuestra Reverendo Obispo en la sublevación maquinada anteriormente en el Cuzco y si ha llegado a vuestras reales manos, mande Vuestra Ma– jestad examinar su contexto atentamente, y combinadas bien las pro– posiciones, allí vertidas, se hallará que predijo lo que está sucedien– do, y que pudo evitarse si no se hubiera despreciado una noticia tan importante; pues sólo cuando se tuvo noticia del insulto se llevó a vuestro Real Acuerdo; pero como por este documento resultaría un grave cargo a vuestros ministros, parece que cuidadosamente no se ha puesto en autos. 52.-Para concluir esta representación no nos resta, Señor otra cosa que hacer demostrable la cuantiosa pérdida de intereses que ha ocasionado esta lamentable tragedia ...
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