La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
51a LA VERDAD DESNUDA competencia de Jurisdicción con el Cura de Coporaque, sin embar– go de la perversa conducta de éste, su vil origen y sus notorias fal– sedades, se convierte a Puente el Obispo, presta entera fe a cuan– to le informa, y desprecia todo lo que Arriaga justüicadamente le representa. ¡Oh, tempora! ¡Oh mores! 61.-Por otra parte es muy de extrañar la animosidad de vues– tro Reverendo Obispo en calumniar, como se ha dicho, a un Minis– tro del Rey; que después de haber desempeñado, con el mayor es– mero, varias importantes comisiones de Su Majestad, obtuvo el vas– tísimo Gobierno del Tucumán; donde acreditó la mejor conducta, según lo tienen informado sus vecindarios, hasta que vino a la Pro– vincia de Tinta, cuyo mando le encargó Vuestra Real Persona, y los documentos que remito a Vuestra Alteza, acreditan su justificación y celo en este destino. Cuando el Obispo del Cuzco sólo era cono– cido en Arequipa por las inquietudes que fomentaba en aquel Ca– bildo Secular; como su Alférez Real, ya el nombre de Don Anto– nio de Arriaga era famoso en España y las Américas, mereciendo los mayores créditos su honradez y juicio; y si hubiera estado po– seído del abominable vicio que le imputaban, únicamente este Pre– lado y Puente, no sólo no hubiera merecido tales confianzas al So– berano, sino que se hubiera graduado indigno de la sociedad. Es así, que desempeñó aquellas a satisfacción de Su Majestad, y que se adquirió las primeras estimaciones en toda~ las partes donde es– tuvo; luego es preciso atribuir a maledicencia de vuestro Reveren– do Obispo el sindicato, según se lo significó el Inspector General Don José del Valle, no pudiendo tolerar la impostura con que ha– blaba de mi tío, diciéndole: "pues yo traté mucho a Don Antonio de Arriaga, y no sólo experimenté irreprensible su conducta sino que le conceptué siempre hombre de mucho honor"; con lo cual le impidió el progreso de sus detracciones insidiosas, como lo refiere Vivar en su citada carta. Baste, Señor, por ahora esta pequeña de– fensa a favor de la buena fama de mi tío; y sigo apuntando los an– tecedentes, que persuaden haber sido su vida víctima de la vengan– za de estos curiales eclesiásticos. 62.-El mismo día 10 de Noviembre por la tarde en que el trai– dor Túpac Amaru dió muerte al Corregidor dijo públicamente vues– tro Reverendo Obispo a presencia del Sargento Mayor del Ejérci– to, Don Joaquín Valcárcel, y del Administrador de Tabacos, Don José de Lagos: a estas horas ya habrá dado cuenta a Dios Arriaga; y escandalizado el primero lo expresó así, lleno de asombro, en ca– sa del Contador Don José Andía inmediatamente. Aquí no pudo lle– gar la noticia del suceso tan brevemente ni en el público se supo
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