La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
LA VERDAD DESNUDA 523 cuenta a vuestro Virrey; mas no obstante un procedimiento como éste, que acredita la mayor deslealtad e infiere tanta infamia (36) se dió tal maña Maruri que en lugar de castigarle, le premió el Su– perior Gobierno nombrándole Gobernador de Vilcabamba dividien– do para proporcionarle este destino la Provincia de Cale~ y Lares en agravio de su Corregidor Don N. Centeno, a quien vuestra Real Persona se la tiene conferida. Y actualmente se halla aquí osten– tando su condecoración sin acordarse de su infidente conducta, ni de que su hijo es reo de Estado. 71.-(Este número está tachado). 72.-Contra los clérigos Don Vicente de la Puente, Don Anto– nio López de Sosa y Don Ildefonso Bejarano, ni una palabra se ha articulado, aún habiéndose hallado contra el primero el gran cuer– po de delito que resulta de las cartas referidas que se me entrega– ron, de orden de vuestro Visitador General, entre los papeles de mi tío; y contra los otros dos los evidentes indicios de complicidad en la muerte de Don Antonio de Arriaga que ofrecen las cartas de Don Bernardo Lamadrid, Don Juan de Figueroa, con las reflexiones apun– tadas; por lo que se hallan libres, como los más inocentes, a pesar de la voz común que les atribuye, con justicia la mayor culpa de estas lastimosas desgracias. 73.-A José de Palacios, Escribano de esta Ciudad y pariente muy inmediato de la mujer del Rebelde Túpac Amaru, se le sorprendie– ron varias cartas de éste en lo más vivo de la sublevación, comuni– cándole sus pensamientos sacrílegos. · Estuvo por ello preso algún tiempo, pero ya se halla no sólo absuelto sino ejerciendo su oficio (37). (36) "E después que esto lo hoviese fecho non deve ser llamado Ca– "ballero e pierde la honrra de la Caballería, e los privillejos. E de mas "non deve ser recevido en ningún Oficio de Rey ni de Concejo ni puede acu– "sar ni reptar a ningún Caballero". . . (Ley 25, Título 21, Partida 2~) . (37) Palacios es públicamente conocido por primo carnal de Micae– la Bastidas y es uno de los mayores traidores de estas provincias. El era Director dé Túpac Amaru, mucho antes del alzamiento, y uno de sus más confidentes por el parentesco; por lo que debe creerse sin repug– nancia consultaría con él el proyecto. Pero como logró la fortuna de un juez tan venal, como Don José Lagos para su causa, consiguió su canoni– zación, a costa de porción de dinero. Palacios al paso que es muy hábil, es infidente en su oficio. Está entregado enteramente al Señor Obispo y su partido y en los meses anteriores se mantuvo mucho tiempo en Uru– bamba forJando papelones para Su Ilustrísima, sin duda, los cuales sien– do autorizados de este escribano deben conceptuarse sospechosos a lo me– nos. En una palabra, Palacios es un hambre de los más perversos y per– niciosos del Cuzco, aun soponiéndole inocente de la Rebelión, que no lo es en el concepto común, aunque lo afirme Lagos Y toda la pandilla de sus poderosos protectores.
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