La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes
LA VERDAD DESNUDA 539 otro día, fué nombrado Corregidor de Tinta Don Francisco de Sal– cedo, sujeto extraño, desnudo de mérito y poco a propósito para su desempeño. 100.-También es, Señor muy perjudicial a la testamentaria de Don Antonio de Arriaga el injusto embargo practicado de los pocos bienes que se han recogido y sus dependencias. Y ciertamente que si no fundáramos la esperanza de nuestros alivios en la incomparable justificación de Vuestra Alteza, nos sorprendería de tal modo la aflicción y el dolor a vista de estos procedimientos, tan distantes de la equidad y justicia, que lograrían seguramente nuestos enemi– gos su delincuente deseo de extinguir la familia de los Arriagas, en la América a lo menos. 101.-Si la superior compreTuSión de Vuestra Alteza notare en este informe alguna expresión disonante o irregular, le pido ren– didamente se digne disimularla como desliz de mi insuficiencia o como impulso de la naturaleza de la causa. Yo, Señor estimaba a Don Antonio de Arriaga como a padre, porque él me amaba como a hijo, según acredita el Documento N<? 11 (51); y habiéndomele muerto tan inhumanamente, no hago poco sacrificio en perdonar a sus homicidas, aunque se me dispense algún desahogo en la locu– ción para alivio de tan grave pena. He perdido por esta desgracia más de veinte mil pesos, quedando en tanta indigencia que casi me veo precisado a mendigar para subsistir ; y con todo siento mu– cho más la pérdida de mi tío. Esta es irremediable ya, y por tanto sólo dedico y dedicaré gustoso mis connatos hasta morir a la de– fensa de su honor y buen nombre; por lo que suplico a Vuestra Alteza que, antes que mis alivios y el despacho de los puntos to– cantes a la testamentaría, y que fué siempre Don Antonio de Arria– ga fiel vasallo y celoso ministro del Rey, para afianzar su buena fama contra las imposturas con que le ofenden sus enemigos, aún en el sepulcro. Pero sobre todo lo Superioridad de Vuestra Alteza resolverá lo que fuese de su agrado. Dios guarde la Católica Real Persona de Vuestra Alteza como la Cristiandad necesita.-Ciudad del Cuzco y Septiembre 8 de 1781. -Muy Poderoso Señor.-Eusevio Balza de Verganza. (51) En una declaración judicial de Don Bernardo Lamadrid de lo que oyó a Don Antonio de Arriaga poco antes de sacarlo al patíbulo contiene estas palabras: "Por nadie lo siento tanto como por el pobre de 'mi sobri– ~o que, lJ.abiéndome servido , con tanto .a.mor y leal~ad desde España, de– Jando alh el emple~ que te~1a y su famill~, queda sm camisa, porque has– ta su ropa ha perdido en Tmta ... Yo hab1a pensado dejarlo con una bue– na comodidad ... pero muero con el desconsuelo de no poderlo cumplir"...
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