La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

REPRESENTACION DE LA CIUDAD DEL Cuzco 23 tando gravada una reduccion de sólo dos indios en 60 pesos, se al– ternan con la paga de esta contribuc1on; y por este rigor se han ido despoblando muchas reducciones, que ya lo estuviera toda la pro– vincia, si no les hiciese permanecer en ellas á los indios el amor á sus caseríos y á las tierras que poseen; y semejante sucedería lo mismo en las demas provincias en que se han establecido las contri– buciones en plata. 57. Las mitas de los .minerales se consideraron necesarias mién– tras no hubiese indios que se aplicasen á sus labores por propia in– clinacion y utilidad en los jornales, que son mayores que los comu– nes en los demás ejercicios, y por no hacerlos en aquellos paraj es á causa de ser despoblados; pero abundando ya en ellos los trabaja– dores, son ménos precisas las mitas, y es comprobante de esto la misma práctica de reducirlas á plata y no solicitarse el que pasen personalmente los indios mitayos, no por otra razon que la de no ser necesarios por haber otros que se ocupen en su lugar, así de los habitantes, como de los muchos que se quedan á residir allí de las mitas que van de las provincias, como queda dicho, con lo que esta manifiesta y patente la injusticia y agravio que les hacen en la contribucion, por cuyo modo pagan los mineros á los trabajado– res, que no es otra cosa que tener costeados los jornales por los in– felices indios que redimen con plata el trabajo personal y sus pe– nalidades en logro y utilidad de los mineros. 58. Bien conocidos son por los corregidores los daños y perjui– cios que se les ocasionan á los indios con los enteros de las mitas, sean en persona ó en plata, pero cuando deliberan solicitar el mejor modo de completarlas siendo necesarias, guardándose el órden de su establecimiento en la contribucion de los leguajes, que es el cos– to del tránsito, y que hubiesen de regresar cuando cumpliesen á sus pueblos, lo ejecutan al contrario, que antes aumentan y recrecen los agravios á los mismos indios á quienes están obligados á defender, y les gravan y pensionan de un modo tan irregular y tirano, que no cabe en la expresion más ponderada, y particularmente en la pro– vincia de Cotabambas, donde de muchos años á esta parte, han es– tablecido convocar un mes antes de salir á la mita á los indios se– ñalados para ella, con sus caciques y enteradores, que concurren juntos en el pueblo capital, en el que les espera el corregidor con muchas arrobas de aguardiente, ropa y otras cosas, y se les obliga á que cada uno reciba una porcion considerable, que ha de pagar de contado, y al tiempo de dársela le engalanan con gallardetes y otras insignias que suponen son de aplauso y honor, y les tocan ca– jas y clarines, alentando de este modo su bizarría, y al contrario,

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