La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

LA VERDAD DESNUDA 625 Don Francisco Rivera, Regidor de Arequipa, y contra Don Mateo Oricain, ambos parientes inmediatos, y muy confidentes suyos. 39 La acrimonia con que trató el mismo Reverendo Obispo a un Padre Castellanos, religioso de San Agustín (que se cita en los autos, y parece se halla al presente en su Convento de esa Capital) porque delató a uno de los cómplices; pues es creencia universal que le impidió inmediatamente el ejercicio de las funciones de su minis– terio sacerdotal, y que se ausentó del Cuzco huyendo su persecu– cución por la estrecha amistad de su Prior con el Obispo. Siendo de notar, que aquél fué el que en el cabildo general que convocó dicha Ciudad, para precaver el tumulto intentado, se opuso al dic– tamen de todos, que sostenía como fiel vasallo de Su Majestad el Arcediano de aquella Santa Iglesia (según se sabe notoriamente), defendiendo los derechos de la Corona. 49 El empeño extraordinario con que públicamente ha defendido la vida de los delincuentes con– fesos y puestos en capilla, tanto en el Cuzco cuanto en esa Real Au– diencia, diciendo (demasiadamente confiado en sus recomendacio– nes) que no debían dudar sus clientulos de ser absueltos mediante su favor. 59 El haber dicho públicamente el Reverendo Obispo: "yo ya lo sabía porque me avisó Oricain que su Mayordomo estaba in– cluído en la sublevación". Y, el último, la enemiga que ha concebi– do contra el Doctor Don Francisco de Olleta por haberse senten– ciado los reos, con acuerdo suyo, al último suplicio; a cuya razón se dejó decir el Reverendo Obispo, en presencia de varios sujetos, "que primero colgaría él a Olleta que se ajusticiarían los presos", y después, que más bien merecía ser ahorcado aquél, que no éstos." "No es dudable que tales antecedentes constituyen, cuando no una prueba semiplena, un poderoso argumento a favor de mi pri– mera proposición; porque de todos resulta la más declarada adhe– sión a los sublevadores del Cuzco; y es bien sabido que quien pre– tende impedir el castigo de los delitos, los autoriza; y que aquél que patrocina un delincuente, apoya sus crímenes." "El de Lorenzo Farfán (también pariente del Obispo) y sus com– pañeros fué de lesa majestad, tan manifiesto como que aspiraba na– da menos que a la usurpación de estas Provincias. El Reverendo Obispo se ha declarado protector suyo, y enemigo de los que como fieles vasallos desempeñaron sus deberes en defensa de los sagra– dos derechos de la Corona; luego, el Obispo estaba interesado en el proyecto; luego, el Obispo es enemigo del Rey y del Estado, que es el primer punto."

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