La rebelión de Túpac Amaru: antecedentes

LA VERDAD DESNUDA 629 de clérigos en calidad de guardias, con cuyo pretexto se quedaron a dormir en él, cuantos quisieron, y ... no se atreve la pluma a ex– primir lo que en el particular se habla en las plazas y en las calles del Cuzco, por no ofender los respetos de Vuestra Excelencia". "Estando así el asunto, y el pueblo tan escandalizado como se deja entender, para llevar al fin su capricho procesó a las monjas más principales; y la víspera de la elección las privó de voz y voto, arrestándolas en sus celdas con centinelas de vista; cuya función de– sempeñaban los clérigos; y al otro día se practicó la votación que presidió el Obispo, dentro del Coro. Más no obstante fué menester toda esta violencia y toda su astucia para que consiguiera su deseo. En efecto salió Priora su paisana, pero no la quisieron prestar obe– diencia las monjas; por lo que, irritado el Obispo, golpeó a algunas y trató a todas públicamente de pu ... , etc. Y luego sacando de la mano a la nueva Prelada la paseó por todo el monasterio sin des– prenderse de su lado. Tanto se escandalizaron las monjas de este acto y de los anteriores que a gritos decían al Señor Moscoso. ¡Ah, Obispo Udón!, con otras expresiones propias de mujeres ofendidas". "A una religiosa llamada la Madre Tránsito, anciana y de vir– tud, porque con más libertad se opuso a la elección, la traspuso con el mayor escándalo al Convento de Santa Teresa, donde se man– tiene arrestada y privada de toda comunicación. La Madre Trán– sito es una religiosa de mucho mérito por su grande espíritu y ex– traordinaria capacidad. Acababa de ser Priora, y había desempe– ñado el oficio a satisfacción de la Comunidad, por lo cual tenía un partido grande entre las monjas. Estas viendo extraerla del Mo– nasterio a deshoras de la noche, impulsadas de su amor, hicieron las mayores demostraciones de sentimiento llegando al extremo de tocar las campanas, a entredichos; pero nada bastó para que el Se– ñor Obispo desistiese de su propósito; y hasta ahora se halla dicha religiosa en el Convento de las Teresas, sufriendo mil calumnias de sus contrarios, tolerando gravísimas necesidades por falta de asis– tencias de su monasterio, y sin merecer sus lágrimas la menor com– pasión de su Ilustrísima". "Este hecho, tan constante y tan público, presenta la idea más cabal del carácter del Obispo del Cuzco. Y el sólo es capaz de aca– rrearle la maldición de Dios y el odio de los hombres. Todos acre– ditan la más clara infracción de las leyes divinas y humanas; lue– go, queda probada superabundantemente mi segunda proposición y, consiguientemente, los dos puntos que propuse".

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx